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son distintas de las de hoy; la sinceridad, la verdad, la pureza de corazón, ayer y hoy, deben ser las mismas, las del Evangelio" 3 3. "Por consiguiente, exhorta el punto 2 de la constitución 173,nada nos estorbe, nada se interponga para que el Espíritu del Señor actúe y se manifieste en nosotros y en nuestra fraternidad". Un final que, por ser evidente y general, puede ser el de cualquier capítulo de las Constituciones, siempre que la exhortación sea aplicada, pero de forma bien explícita, al tema presentado y regulado. Conclusión Como apreciación conclusiva de la reflexión del capítulo XI de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos, "Nuestra vida de castidad consagrada", podríamos ofrecer dos últimas observaciones. Observaciones que son la consecuencia y fruto de un previo y sentido aprecio por los valores teológicos, en particular carismáticos, que presen– ta el texto constitucional. La primera hace referencia a la preocupación por presentar los valores teológicos y carismáticos, sobrenaturales y profundos, actitud que ha podido influir en la"decisión" de eliminar la presentación de concreciones normativas, como medios y estímulos para una fidelidad al don precioso de la castidad 34 , y la especificación de la materia del voto. En la segunda observación hacemos notar la también preocupación por ser conscientes de lo afectivo, sin caer en la trampa de lo sexual. Sin una maduración o suficiente equilibrio afectivo, condición imprescindible 33 GRÁNDEZ, R.M., o.e., p.269 ' 4 Véase La vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo. Lineamenta pa– ra la IX Asamblea del Sínodo de los Obispos, 7: "Entre los consejos evangélicos destaca el don precioso, concedido a algunos, de dedicarse sólo a Dios más fácilmente con corazón indiviso en la virginidad o en el celibato. El consejo evangélico de castidad asumido por el reino de los cielos, signo de la vida futura y fuente de fecundidad más rica, lleva consigo la obligación de observar perfecta continencia. Esto pone de relieve en la vida consagrada el carácter esponsal de la propia donación y como consecuencia la primacía de la caridad; viva y operante, hacia Dios y hacia el prójimo". 97

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