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• la Eucaristía. Dicho en términos menos teológicos, no por ello menos próximos a nuestro modo de ser y entender franciscano-capuchino, sino simplemente en voga: unidad basada en el sentido de identidad y pertenen– cia 56 , el que, en realidad, permite que las gentes, el mundo, nos identifique como somos, seguidores y unidos en Cristo. El sentido de pertenencia se expresa, ante todo, en larelación humana, en la amistad sincera entre Hermanos, en la capacidad de vivir juntos las exigencias de la pobreza, obediencia y castidad, de trabajar juntos, de rezar juntos, de crecer juntos... , supuestos regulados a través de los distintos capítulos de las Constituciones. El mismo sentido de pertenencia, en cuanto vínculo constituido, hace que cada uno se sienta responsable del otro y de su crecimiento y permite que se de y realice, bien concretamente, la corrección fraterna, la comunión de vida y de bienes, la ayuda mutua, en discernimiento comunitario, en solidaridad con los enfermos y ancia– nos, puntos que se regulan en los artículos primero y segundo de este capítulo VI de las Constituciones. Absorbidos un poco por la preocupación y peculiaridad de la fraterni– dad capuchina y de sus matices espirituales, los capuchinos de hoy podemos estar corriendo el riesgo de olvidar comparar la propia evolución con la de los demás institutos religiosos en los que se pueden observar y constatar esos pasos que supusieron la comunión monástica de san Pacomio y la fraternidad evangélica de san Basilio que es "superada" por la unidad de san Agustín y perfecciona san Benito con sus esfuerzos de igualdad en la obediencia al abad y mutua, caminando juntos, deseando dar testimonio de Dios mediante el culto, don, obra no sólo benedictina. 56 "Poiché ci é stato comandato di amare il prossimo come noi stessi -egli spiega-, cerchiamo di capire se noi abbiamo ricevuto da Dio anche la potenza di adempiere questo comandamento. Chi dunque non sa che l'uomo é un anímale mite e socievole, e non solitario e selvaggio? Nulla, infatti, é cosi proprio alla nostra natura come il comunicare !'uno con l'altro, l'aver bisogno !'uno dell'altro e !'amare chi é della nostra stirpe". 40 Vi é quindi un elemento di contingenza che spinge ai rapporti vicendevoli: l'uomo non e autosufficente, ha bisogno dell'altro. E vi é un aspetto ancora piu profondo legato alla natura stessa dell'uomo: il suo stesso essere é aperto al dialogo e alla comunione. L'uomo puó quindi realizzarsi solo nella misura in cuí si apre verso gli altri, dove apertura verso l'altro va intesa appunto come amore". CIARDI, F., Koinonia, o.e., p.93
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