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"Por otra parte, den testimonio evangélico y hagan presente la caridad de Cristo, ayuden a los necesitados, sin inmiscuirse jamás imprudente– mente en negocios no convenientes a nuestro estado". Los Hermanos Menores Capuchinos misioneros en tierras extranjeras, trabajadores asalariados en las propias jurisdicciones, servidores de las iglesias locales como párrocos u oficiales de organizaciones y estructuras eclesiales, empleados en colegios, etc., siempre al servicio de los extraños y ejerciendo un trabajo fuera de casa, preferentemente en favor de los pobres, deben recordarse de ofrecer el testimonio de un ejemplo visible de caridad fraterna y de comunión eclesial, sirviendo a los necesitados, nueva evangelización por la caridad, y sin inmiscuirse en negocios no convenien– tes a nuestro estado. Retribución del trabajo (constitución 80) En las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos se habla de la "gratuidad del trabajo", en el sentido de prestación de un servicio de caridad con los demás hombres 3 x, Estas mismas Constituciones no se olvidan de recordar que el trabajo es origen, productivo, de unos ingresos, económicos. He aquí el porqué la constitución 80,1 establece: "Todo lo que reciben los hermanos como retribución por el trabajo pertenece a la fraternidad y, por lo tanto, deberán entregarlo siempre íntegramente al superior. No se aprecie el trabajo de los hermanos por la mera retribución que se recibe". En esta nuestra sociedad que denominamos de la producción y del consumo, el trabajo abre a las gentes no sólo la posibilidad de la producción y del consumo, sino de algo más fundamental o básico y deseado, la posesión de unos bienes que permiten, a su vez, una mayor producción y un más abundante consumo. El HermanoMenor Capuchino, conocedor de esta realidad positiva, -la desgracia mayor y más sentida de nuestro momento actual es la del paro con esa falta de retribución y el subsiguiente consumo-, debe ser consciente que la retribución por el 3 " Constitución 76,1 28