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cualquier actividad, es una realidad, orientación, evidentemente "mono– polizadora". Verdad sobre la que no nos detenemos a reflexionar. Por el contrario, nos detenemos a pensar y reflexionar, brevemente, la "disposi– ción" que habla de "dar a los hombres el testimonio de Cristo, a través de cualquier actividad" 24 • Nos situamos de lleno frente al tema de las clases de trabajos a realizar por el Hermano Menor Capuchino 25 • Constatamos, de partida, que, para las Constituciones de los Capuchinos, como para el Papa Juan Pablo II, según la doctrina expuesta en la "Laborem exercens", trabajo y actividad son dos expresiones que se identifican y vienen a afirmar la misma cosa. El Hermano Capuchino, mediante su trabajo o actividad, contribuye a sostener o hacer posible la subsistencia, ejercita la caridad con los demás y realiza su vida apostólica o Misión, en fidelidad a su propia vocación fraterna y minorítica, en el cumplimiento de la propia misión. Nada tiene, pues, que extrañar que el trabajo o actividad del religioso capuchino venga presentado como el cumplimiento de la vocación apos– tólica. Sí tiene mucho y de extrañar, hasta resultar inexplicable, que ese trabajo o actividad orientado hacia la realización de la vocación apostólica aparezca, en tantas ocasiones, como ministerio sacerdotal y menos como servicio laical o ministerio no ordenado. 24 Constitución 77,5 25 Sobre las clases de trabajo, según la Regla franciscana, véase ARA, El Espíritu del trabajo en la Regla franciscana, o.e., p.50ss., donde, con el propósito y deseo de situar la visión de este espíritu de trabajo en la realidad socio-económica actual, se distingue entre trabajo especializado y no especializado, diaconal genérico y diaconal ministerial. Sobre el trabajo hoy, actividad problemática, véase la obra también ya citada de CHOZAS, Sentido objetivo y sentido subjetivo del trabajo, p.247ss: El trabajo como eros. Perspectiva místico-religiosa: el trabajo como actividad mágico-supersticiosa; el trabajo como actividad cultual y el trabajo como corredención. Siempre del trabajo y sobre el trabajo intelectual superior al físico, se ha escrito: "En tanto que para Marx el trabajo físico era un mal necesario del que el hombre debía liberarse, para Mao era un bien en sí mismo...". SEBRELI, J.J., El asedio a la modernidad. Crítica del relativismo cultura~ Barcelona 1992. Escribe también Sebreli en la página 91: "Mientras existan trabajos desagradables, pero ineludibles, que algunos están obligados a hacer, habrá desigualdad y también opresión... La emancipación del hombre del trabajo penoso es posible sólo hacia fines del siglo XX, mediante la revolución científico-técnica". 21

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