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suprema del dominio de la sexualidad en su más rica y valerosa realiza– ción: la renuncia a la propia familia y la dedicación a todos con sentimiento vivido de amor fraterno o familiar. El capítulo IV, "Nuestra vida de pobreza", presenta la visión de este consejo evangélico en su peculiaridad más franciscana, la minoridad, que es el fruto de esa actitud que denominamos pobreza interior, la que realmente conduce a la profesión de la pobreza exterior que tampoco aparece presentada, en cuanto voto, en su mínimo jurídico de profesión pública. El capítulo IV de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos se centra en la regulación o reglamentación de la posesión y administración de los bienes, temas prácticos en los que el hombre de hoy se mueve con tanta agilidad y, al mismo tiempo, con muchas exigencias y gran precisión. Tocante al tema de la posesión o propiedad de los bienes por parte de la Fraternidad, pediríamos un mayor esfuerzo, el simplemente necesario, para poder encontrar y dar con la solución evangélica, pero de acuerdo con la actualidad social y eclesial, la que se puede y debe esperar de unos creyentes situados cara al tercer milenio del cristianismo, consiguientemente, solución franciscana, pero la de quienes viven el octavo siglo de "menores" y el quinto de "capuchinos". Conveniente solución de actualidad, repetimos, eclesial-social-franciscana-capuchina, a la posesión de los bienes, propiedad, y también a la recta administración de los mismos por parte de la Orden, provincias, viceprovincias, custodias y casas. El capítulo X, "Nuestra vida de obediencia", es un "tesoro" de doctrina y espiritualidad franciscano-capuchina, verdaderamente retado– ra frente a situaciones que denominaríamos límite. Habla con mesura del servicio del superior, ministro, en cuanto primer empeñado en toda obediencia, en particular, la caritativa, y de su cometido como animador espiritual. A los súbditos, Hermanos, les hace reflexionar sobre el valor de la obediencia auténticamente activa y responsable, ésa que incluso puede llegar a crear situaciones delicadas por causa de determinadas actitudes y, más en concreto, cuando se toma la iniciativa de recurrir a los ministros. No se presenta, al igual que se hace con los otros dos votos, el 156

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