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Hacemos notar que la fundamentación bíblica, recogida en el texto del capítulo quinto de las Constituciones, "Modo de trabajar", puede aparecer correcta, mientras la fundamentación teológica y franciscana, al parecer, puede estar necesitada de un enfoque nuevo, desde luego más realista 8 , a partir de la Eclesiología del Vaticano II y, en concreto, de la doctrina expuesta en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual 9 • "Al reflexionar sobre el trabajo, no nos interesa propiamente hace( una teología sobre el trabajo, que ya está hecha en abundancia; mucho menos hacer un sociología. Nos interesa dar unos criterios y ser concretos. Pero ¿qué mentalidad delatan...? Expongo las Constituciones y al hacerlo en este punto, no las quiero defender. Defiéndanse ellas, siempre bajo la benigna interpretación de los hermanos. Sin este talante interior no cabe una exacta interpretación. Introduzco este aviso porque la realidad sociológica que vive la Orden y que reflejan los números que vamos a comentar es bastante distinta de la que algunos hermanos piensan de la inserción laboral del capuchino, como opción de clase. Otros piensan que incluso la redacción postconciliar del capítulo del trabajo estaba hecha desde la vida claustral y para la vida claustral" 10 • Son éstas unas apreciaciones que nos ponen en pista para poder despegar pidiendo que, si algunos capuchinos piensan, en base a sus criterios espirituales, la inserción laboral, como opción de clase y, si otros creen que este capítulo sobre el trabajo está hecho desde la vida claustral y para la vida claustral franciscano-capuchina, arrastrada por siglos, se El enfoque no deja de ser optimista y ya es mucho. La Guía de estudio de las Constituciones, o.e., véase nota 1, advierte que "este optimismo que nace de estos principios hay que completarlo y revisarlo teniendo en cuenta la realidad, en nuestro caso la latinoamericana, que Medellín y Puebla recogen bien: la situación de desempleo, el abismo cada vez mayor entre unos pocos muy ricos y una inmensa mayoría de pobres, la emigración, el salario insuficiente, las condiciones inhuma– nas de trabajo, etc. Y, en estos tiempos, la deuda externa impagable. Esto implica un compromiso cristiano para liberamos de estas esclavitudes".Ibidem, p.59-60. No optimista y, tal vez, no realista, es la posición que habla de sufrimiento en el trabajo que el pecado ha hecho inhumano, pesado, etc. Gaudium et spes, 33 ss y 63 ss. 10 GRÁNDEZ, R.M., Cartas sobre las Constituciones, Burlada 1984, p.143. 13

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