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5. Los superiores mayores designen las personas físicas o jurídicas, a cuyo nombre se inscriban ante la ley civil los bienes confiados a noso– tros" 61 • Los expertos en derecho pueden encontrar una cierta dificultad en armonizar las disposiciones contenidas en los puntos 4 y 5 de la constitu– ción 62 con los principios proclamados con anterioridad acerca de la posesión. Particular puesto de relieve, tan acertadamente, por el padre Grández. Concretamente, dejando de lado el problema de la posesión real o propiedad de los bienes por parte de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, se presenta delicado ymuy difícil el tema del registro de esos bienes que son públicos y eclesiásticos, a nombre de personas físicas. Estoy hablando desde un plano puramente técnico-jurídico. Se debe teper muy presente, primero, que la constitución 62 ha "zanjada" la cuestión muy limpiamente y, quizá, sin mucha reflexión por parte de quienes propusieron y votaron la disposición. Y, segundo, que en la mayoría de los casos, la fraternidad capuchina opera como asociación pública reconocida así por los Estados. Queda, no obstante, sin solucionar ni decidir la posibilidad prevista por el canon 634: facilidad para que las Constituciones excluyan o limiten el derecho de adquirir o poseer bienes temporales. Una de las exigencias de la vida de hoy y de siempre, es la claridad y agilidad en las normas de posesión y administración de los bienes. Habría que buscar, encontrar y dar con la solución al problema de la posesión de bienes, como ya venía sugerido, incluso por la Congregación de religiosos, en fechas recientes. Luego de solucionado este particular, se podría hablar y hallar la forma de regular la administración de los bienes por parte de la Orden, de las provincias, viceprovincias, custodias y casas, fraternida– des constituidas y no constituidas. 61 Encontramos extraño que la versión castellana diga en el punto cuarto "hombres", en vez de hermanos, "fratribus", dice la versión latina. 113