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Capítulo IV: Nuestra yida de pobreza Si algún tema resulta difícil de regular dentro de la vida franciscano– capuchina, sin duda ninguna que el tema de la pobreza se presenta como el más conflictivo y, desde luego, el más delicado, sobre todo, hoy. Y no es porque la Orden de Hermanos Menores Capuchinos haya dado un viraje de pensamiento muy fuerte 38 , sino porque sencillamente la pobreza, en tantas ocasiones, ha sido vivida, seguida, conceptuada y enfocada en su versión de limitación y estrechez de bienes materiales, a afecto de una presentación de la pobreza religioso-franciscano-capuchina, hecha desde la visión o perspectiva de las categorías socio-económicas, en la actuali– dad tan diversas de las del pasado, concretamente, en concepciones y realidades como pueden ser la de la propiedad, la del uso y usufructo, del dinero, etc. Si el tema de la pobreza esconde encanto y fascinación, no es por los logros y consecuencias socio-económicos conseguidos y obtenidos, como son los de solidaridad con el mundo de los necesitados, sino porque "el Señor se ha hecho pobre por nosotros en este mundo" (Cfr. 2Cor 8,9) 39 • No cabe duda que la vida del Señor fue pobre y peregrinante o nómada (Le 9,27-58; Mt 8,19-20). Pero no una vida ascética. Las razones de la 38 Cfr. GRÁNDEZ, R.M., o.e., p.119 39 Véase IRIARTE, L., o.e., p.118, donde se ofrece una amplia bibliografía sobre el tema, a la que nos permitimos añadir nuestra sencilla aportación, ARA, S.,La pobreza franciscana en el contexto conciliar de una Iglesia pobre, en Estudios franciscanos 66 (1965) 145-176. 99
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