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el padre Pedro de Barbastro, llamado en el siglo Zatorre, religioso Capuchino, predicó la Cuaresma en la catedral de Huesca y, al mismo tiempo, trató de fundar un convento para su Orden. * La licencia para fundar encontró algunas dificultades, por juzgar el obispo que la nueva fundación podía perjudicar a las Comunidades pobres ya existentes. No obstante, se consiguió la licencia de fundar el 20 de junio de 1602, siendo Obispo de la Diócesis D. Diego de Monreal, y General de la Orden, San Lorenzo de Brindis. * El 17 de octubre de 1602 llegaron los Capuchinos a Huesca para tomar posesión, "asistiendo a ese acto y a la Misa del Espíritu Santo, los Justicia, Prior y Jurados, con muchas Dignidades y Canónigos, Prelados de las Religiones y la gente principal de la ciudad. Luego se trató de construir el convento, para lo cual Miguel Palacio y Jordán, ciudadano de Huesca, dio gratuitamente un huerto el 27 de octubre del mismo afio". * El 22 de abril de 1603 se abrieron las zanjas yel 29 del mismo mes bendijo la primera piedra D. Diego de Monreal, Obispo de Huesca, y el mencionado D. Miguel Palacio y Jordán la colocó por su mano en la parte en que se había de erigir el altar mayor, asistiendo a este acto el padre Hilarión de Medinaceli, Comisario General de la Provincia de Capuchi– nos de Aragón, con lo más florido del Clero y pueblo de esta ciudad. La piedra era cuadrada con una cavidad dentro, donde se puso un pergami– no. * Mientras se construía el convento e iglesia, la residencia de los Capuchinos fue una casa que había a las espaldas de la iglesia de San Pedro el Viejo. Aquí estuvieron poco tiempo, ya que por estar más cerca de la construcción de dicho convento, se pasaron a vivir a la Iglesia y casa de San Juan de Jerusalén, que les franqueó el Comendador. Y allí permanecieron hasta que se trasladaron al convento. * "Fue tal la devoción y tan eficaces los deseos de los ciudadanos de ver edificado este Convento y tantas las limosnas con que contribuían a la obra, que es la principal Fundadora" la misma ciudad de Huesca. Y sobre las puertas de la Iglesia, en señ.al de agradecimiento, colocaron sus armas. 77