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V. TENDENCIAS Y DESAFIOS La tendencia actual de los capuchinos dentro del Vicariato, en cuanto se refiere a su posición eclesial, es la de pennanecer al lado de otras presencias religiosas, laicas o clericales; pero es preciso que disminuyamos en nuestro papel directivo para que otros crezcan. En este sentido quedamos a disposición del Obispo, tanto para ceder cualquiera de nuestros puestos actuales que estén solicitados por otros, como para hacernos cargo de aquellos que no tengan voluntarios. · Refiriéndonos a un aspecto más interno, diremos que los mi– sioneros seguimos viviendo el concepto y quehacer de la misión como centro de nuestra vida. No obstante, por lo dicho más arriba, es el momento de intensificar un poco más ciertas particu– laridades más propias de nuestro carisma. Por ello será necesaria una evaluación constante del papel que representamos dentro de esta iglesia naciente, al tiempo que prestamos mayor atención a la promoción y cuidado de las vocaciones capuchinas. Seguramente intensificaremos la colaboración con la Vicepro– vincia en el trabajo de formación de candidatos, para lo cual ya decidimos responsabilizarnos de aquellas vocaciones que aparez– can entre nosotros. En cuanto a la implantación del clero nativo, hay que señalar la presencia de dos hermanos al frente, tanto del seminario diocesano como del centro de formación indígena, lugar este donde quisiéramos que surjan los nuevos ministerios autóctonos y, como una utopía de fondo, la fisonomía nueva de las iglesias indias. Sabiendo que será improbable recibir nuevos aportes capuchi– nos desde España, debemos refonnular nuestra actividad misio– nera y prever el futuro capuchino en este sector. Compartir comu– nitariamente las tareas apostólicas, integrarnos al máximo en el centro de una Iglesia misionera, poner en cuestión la especifici– dad del •Carisma capuchino. Se trata de otro estupendo desafío. 63