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y lenta capacitación. Ello no le proporcionó poder, ni influencia, no le dio un papel preponderante, aunque sí la estima de las gentes y el respeto, lejano, de los recientes dominadores de la zona. ¿Constituye este oscuro acompañamiento un gesto profético? Si lo es, se trata de un gesto silencioso, poco espectacular; un apretón de manos más que un gesto imperativo. Sin embargo, el peso específico misional siguió volcado en la zona indígena, las fraternidades de nuevo signo se formaron ahí, los mayores desafíos llegaron con el eco de las voces indias. Quizá fue la fraternidad de Pompeya y su creación de Cicame la que encarnó con más radicalidad el desafío de la revisión misio– nera. Vivir con los indígenas, a su estilo y a su paso, ponerse a su disposición, impulsar todas sus virtualidades culturales, buscar en su compañía los más reales elementos de identidad. Cicame nació de una larga espera, aprendizaje y resistencia. En ocasiones fue piedra de escándalo para los mestizos, las autoridades y los oficiales proyectos de integración amazónica; también llegó a ser punto de mira para los nativos, casa común para iniciar la capacitación necesaria para su autonomía. Por todo ello tuvo, sin duda, características proféticas. En Cicame se recogieron como páginas preciosas muchas pa– labras despreciadas de los indios, en sus salones de caña se estudiaron las primeras estrategias para la organización exigida por las amenazas circundantes y por el Evangelio. Los misioneros indígenas encarnaron la palabra cristiana dentro de su comuna y se hicieron servidores de las necesidades más acuciantes de su pueblo. Sí, fueron tiempos de anuncio y denuncia, años de gestos eficaces; en 1977 desde Cicame se pudo culminar el esfuerzo de 33 comunas con la legalización de sus tierras. Algún capuchino actuó de partero en el nacimiento de la orga– nización indígena UNAE (después FECUNAE, Federación de Comunas; Unión de Nativos de la Amazonía Ecuatoriana). Finalmente, el gesto más eficaz y acaso el más extremo, fue ese tenaz acompañamiento a las minorías, a los olvidados, a quienes 46

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