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II. OCUPACION MISIONERA 1954-1965 l. Contexto 1.1. Tradicionalmente el nororiente ecuatoriano había sido una zona aislada, como en general toda la región amazónica, frente a los importantes núcleos político-administrativos de la sierra o la costa. La formidable barrera de los Andes seguía marcando, a ojos de la nación, el límite civilizatorio; la selva era incógnita, se le llamaba infierno verde, habitado por escasos salvajes. A lo más, era sitio para penales de castigo y raros aventureros; apenas existían guarniciones militares de frontera. A efectos políticos buena parte de la región era inexistente. Recordemos que en el breve auge del caucho (1885-1910) y otros productos de extracción de la época, fueron peruanos o colombianos los patronos que impusieron su ley en la región. Ya dijimos cómo muchos indígenas ecuatorianos fueron capturados y vendidos para esclavos. La vida económica de la zona gravitaba hacia el Amazonas, pues los mercados serranos resultaban inal– canzables. Por ello, las haciendas posteriores nacidas tras el agotamiento del caucho y para aprovechar la sobrante mano de obra indígena, negociarán su producción o sus necesidades con los mercados del Amazonas; incluso una buena parte de sus dueños seguirán siendo colombianos o peruanos, todos ellos mucho más activos en el comercio regional. Por tanto, no le resultará difícil a Perú apoderarse de una enorme extensión amazónica en la llamada guerra de 1941, pasando la frontera del Amazonas al Napo medio, junto en la bocana del Aguarico. Este hecho supuso, además de la pérdida territorial, un vuelco en las condiciones de vida de la zona ecuatoriana. Al cortarse el flujo comercial !quitos, los hacenda– dos quedaron sin mercados, algunos de ellos se instalaron en el Aguarico o en el San Miguel intentando de ese modo la comuni- 10

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