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En Olta, el padre Eduardo realizaba su apostolado en unión con el Obispo y el Decanato, y se ocupaba de modo particular de los mineros de las canteras de lajas y las minas de arcilla de Amaná. Este trabajo no lo hizo bien quisto a los explotadores de las minas, pero él logró unir a los obreros en un sindicato activo, AOMA. Asimismo reanudó las misiones en la Sierra de Ambil ylos Quinteros. Tanto él, como más tarde Marcelo Kippes, Luis Coscia y Sebastián, misionaban dos veces al afio en las sierras (seis horas a lomo de mula), donde el padre Hueyo, S.J., había formado una comunidad de laicos. Una de las condiciones que el Comisario Provincial había puesto en el contrato con el Obispo era que "el Superior de los religiosos Capuchi– nos residentes en La Rioja fuera el mismo Mons. Angelelli ". En realidad lo supo ser, con espíritu y corazón de verdadero padre y con el mejor carisma de un verdadero Superior religioso, que animó y promovió en ellos el carisma franciscano. También los Capuchinos fueron para él verdaderos hijos y sacrificados misioneros. Para ellos, que estaban dispuestos a tomar los lugares "a donde nadie quisiera ir", Mons. Angelelli reservó Los Llanos, verdadero desierto, inmenso, inhóspito, necesitado de asistencia espiritual, y allímisionaron según la más auténtica tradición capuchina. Mons. Angelelli pudo decir de ellos: "En toda la pastoral de la diócesis, los Capuchinos son aquéllos con los que siempre puedo contar". Había entre uno y otros una vinculación estrecha, personal, espiritual; había carifio mutuo. En 1972 los hermanos Camilo Luquin y Luis Coscia organizaban en Olta un encuentro con los residentes enLaRioja, en el marco de un Retiro dirigido por el hermanito de Jesús Arturo Paoli, con la presencia de Mons. Angelelli. Este encuentro fue un acto de justicia, una especie de reconciliación del Comisariato con los hermanos de La Rioja, que hasta entonces habían vivido en un clima de aislamiento y aún de rechazo. En ese mismo afio llegaban otros hermanos a La Rioja. Tras la oposición de Mons. Plaza, vacante la sede de Mar del Plata, a la fundación de la fraternidad inserta del Martillo Chico (Mar del Plata), se 62