BCCCAP00000000000000000001187(1)
Peregrinaciones Es tradición en Nueva Pompeya que fue la Virgen del Rosario la que atrajo a sus devotos en forma masiva y permanente a través de la curación repentina de la Srta. María Luisa Calviño, quien padecía de un mal que los médicos diagnosticaron incurable. Desahuciada por aqué– llos, entre los que se contaba un hermano suyo, hizo voto de organizar una peregrinación a Nueva Pompeya, si el Señor, por medio de su Madre, le concedía la salud. Apenas acabada su oración, se sintió perfectamente curada. Así lo relatan las primeras crónicas conforme al testimonio de la misma Calviño. Esta, según afirmación de sus sobri– nos, murió 50 años después de cáncer de páncreas. La peregrinación tuvo lugar el 2 de junio de 1902. Fue presidida por el Excmo. Sr. Arzobispo de Buenos Aires, Dr. Mariano A. Espinosa, su Obispo auxiliar Mons. Romero y la crema de la aristocracia porteña. "Resultó magnífica, extraordinaria, tanto por el número de asistentes, que no bajaban de cinco mil personas, piedad y devoción, como por el orden admirable que hubo en todo" (Reseña historia de nuestros Conventos de la República de Argentina y Chile, Padres Juan de Guernica y Bernardino de Estella). Este hecho inauguró una tradición que se conserva hasta el presente como una de las manifestaciones de la devoción popular a la Virgen de Pompeya: las peregrinaciones a su Santuario. Este fenómeno está indicando la medida en que el pueblo de Buenos Aires, en todos sus niveles sociales, se vio involucrado y sufrió el impacto de aquella fundación franciscana y de su Santuario. Una vez establecidos los religiosos espafioles y puesta en marcha la tarea apos– tólica, la gente respondió a su llamado y acudió en masa. La Virgen de Pompeya se hizo familiar a los porteños y en las Provincias. Constan las peregrinaciones que continuamente venían de las distin– tas parroquias de la ciudad y gran Buenos Aires. Se instituyó desde muy temprano la asociación de Peregrinos a pie. La peregrinación general de la Capital se realizó durante casi veinte años con la presidencia del Arzobispo Mons. Espinosa, hasta que éste cayó enfermo de gravedad. La 20
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz