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La temática de la predicación delata la idiosincrasia del P. Bernabé, sus amores, sus centros de interés, sus devociones, en una palabra su espiritualidad. En cierta medida es un indicador también de lo que se predicaba por aquellos años en nuestras iglesias conventuales y en los conventos de religiosas. Seguramente que algunos párrafos nos pueden asomar a profundida– des altísimas del corazón del P. Bemabé. ¿Qué barrunta el teólogo cuando lee los siguientes epígrafes referidos a la Eucaristía? La Santa Misa ofrenda; ofrenda de Cristo; Jesucristo en cada Misa renueva su encarnación; ...su nacimiento; en la Santa Misa se renueva la vida de Jesús; Jesucristo en la Santa Misa renueva su plegaria; ...su pasión; ...su muerte en cruz; Jesucristo en cada misa derrama su sangre 5 • Ya se ve que esta literatura requerirá, si se ha de estudiar a fondo, mucho detalle y atención. Edición Por razones externas y prácticas dividimos el bloque de escritos en vivían en la C/ Manuela Sancho. Aquellos Ejercicios quedaron indelebles en el recuerdo de las hermanas. "Al llegar la fecha acostumbrada de hacer los Ejercicios anuales, la Madre Abadesa de entonces pidió a los PP. Capuchinos de San Antonio de Zaragoza un Padre para los Ejercicios. El P. Superior contestó diciéndonos: Les mando un Padre que les gustará; no es un gran orador, pero sí un santo; le llamamos todos el Padre santúa. Quedó concertada la fecha: del 26 de abril al 5 de mayo de 1959.- Llegó al monasterio el P. Bemabé el día 26 de abril, humilde y sencillo; traía por todo ajuar un atillo y dentro de él los breviarios muy usados. El Evangelio a la letra: ni bastón, ni alforja, ni dos túnicas ... pues no entró la ropa para lavar, por más que le pedíamos, sólo los últimos días a fuerza de rogarle entró el pañuelo usado; entonces la Madre le dio dos nuevos, pero no quiso cogerlos porque eran sin estrenar; tuvimos que lavárselos y darle junto con el suyo usado y así los cogió. Así de radical era en la pobreza. - Por las señales que dejó al marcharse, pensamos que no usó la cama. En la comida tampoco hacía uso de las vinagreras, aceite, sal, etc. Preguntado por la hermana que le servía cómo hacía eso, respondió sonriente: Yo ya sé lo que le viene bien a la sangre.- En su porte, humildísimo, paciente y delicado; nos daba dos pláticas por la mañana y dos por la tarde de 15 a 20 minutos de duración. Al final nos decía: Ahora les dejo a la acción del Espíritu Santo..." (Carta de las capuchinas de Zaragoza, del 13 de julio de 1989). 5 Es el contenido del folleto número 27 (40 pequeñas páginas) escrito todo él en euskera. 5

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