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3.5. Signos de sacralización- La preseneia del convento en Borja dio ocasión a signos particulares de religiosidad y de sacralización. Hemos hecho alusión .a la oración mental, siempre en torno a los misterios, sobre todo dolorosos. de Jesucristo. Desde la nueva iglesia se irradió la devoción al viacrucis, sobre todo, en los viernes de cuaresma y en los días de la semana santa. Aunque la devoción más peculiar del convento capuchino fue la celebraciónde las40Horas con exposición continuadel Smo.Sacramento, predicación adecuada y telTilinación con procesión solemne, como la del Corpus ChrÍsti. Sin duda,la villa se adhirió también a un signo peculiar de sacralidad durante el barroco: la celebración ostentosa de la beatificación y canoni– zación de los santos;...En esre:tiempo, los santos capuchinos fueron muy numerosos. Eran signo y nota típica de la santidad de la Iglesia frente a la herejía. El convento pasaba invitación ala ciudad y al clero, que accudían en corporación. Hemos localizado varias invitaciones, por ejemplo para la doble canonización de san Fidel de Signaringa y de san José de Leonisa.Fue una decena de acontecimientos, que conmovían a la ciudad conprocesiones y manifestacionesvariadas, incluso conaspectos folclóricos de representaciones sacras 63 • 3.6. La misión de Cumaná Los capuchinos de Aragón no se encerraron en su viejo reino. Ellos formaron en el noviciado de Tarazona a Tiburcio de Redín, maestre de campo de Felipe IV, de capuchino .fr.Francisco de Pamplona; con él abrieron la misión del Congo y poco más tarde la de Cumaná en Venezuela; fue una de las más perennes glorias de la presencia de Aragón 63 AMB caja 310-10, invitación para participar en las dos canonizaciones menciona– das. Estas celebraciones durante el período barroco darían margen para abundantes datos sobre la religiosidad popul~. 40

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