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trámite y el Capítulo dio la licencia. Más aún, para evitar cualquier dificultad posterior, se interpuso otro acto significativo. Estando reunido el cabildo el 15 de noviembre de 1624, "el Padre Guardián de los Capuchinos y Juan de Pradilla entraron en Capítulo y suplicaron se sirua el Capítulo dar licencia por escrito (orig.) para que siempre yquando muriese Juan de Pradilla se pueda enterrar en los capuchinos como bienhechor dellos. Tratóse y se hallaron muchos inconuenientes de dar dicha licencia, como la piden, porque con título de bienhechores podrían cada día pretender muchos entemarse...Yassi se dio licencia que pues dizen es Patrón, por quanto les ayuda mucho a la fábrica, la Y glesia da licencia para que se entierre Juan de Pradillacomo Patrón de dicho Conuento y no de otra manera, y esto con resolución que no dará la Y glesia licencia otra, sino ésta para el dicho y para su muger Gracia de Rada, que es ya diffunta" 24 • Sin entrar todavía en el tema de la construcción del convento de capuchinos, conocemos a Juan de Pradilla sobre todo gracias a su testamento, matizado y extenso. El 6 de febrero de 1638 entregó al notario Juan Francisco de Piedrafita un testamento cerrado, cosido y sellado, con revocación de todo otro acto anterior. El 8 de noviembre, su cuñado Alonso de Olóriz, pidió que el notario diese fe de la muerte de Pradilla, de cómo "estaba sin aliento y vida" y suplicó que fuese abierto el testamento a fin de conocer su contenido. Se trataba de un texto muy elaborado, que hace pensar en diversos asesores. Así podría pensarse que para el prólogo le aconsejó algún capuchino, por el matiz de los sentimientos y textos proféticos. Entre las disposiciones espiritualesmuyminuciosas, ordenaba ser trasladado a hombros por seis religiosos y ser enterrado en el convento de capuchinos, vestido con su hábito, suplicado como de limosna. Allí oficiarla sus exequias el Capítulo de Santa Maña, con la capilla de música. Además, encargaba sufragios a los conventos de franciscanos, agustinos y dominicos y a la misma colegiata. Dejaba heredera a su hermana Margarita, junto con Martín de la Puerta e Isabel Soriano. El 24 lbidf.288r. El pasaje prueba cómo la Colegiata defendía a rajatabla sus prerroga– tivas, usos y costumbes en todo, pero sobre todo, en materia de exequias. 18

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