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390 Elizondo Ningún conjunto de ordenaciones capitulares extraconstitucio– nales consigue refrendo tan especial como el de 1884. Y se comprende. Las constituciones de 1643 quedan muy atrás. Y las nuevas prescrip– ciones deben tener en no pocos aspectos categoría de ley fundamental. En su primera circular (13 junio 1884), el ministro general ex– pone las principales metas a conseguir en la renovación de la orden: promoción de la observancia regular, animación de la v;ida religiosa, expansión del celo misional y apostólico, creación de una ratio stu– diorum, que abarque desde las escuelas seráficas hasta los cursos superiores. Y todo con el lema: Conteniplatio et apostolatus: oratio et operatio 89 • He aquí el panorama, por lo que respecta a la regla y a las constituciones: « Integram et in sua puritate stabilem regulam seraphicam, nec– non Constitutionum nostrarum axiomata et quos patrum nostro– rum sapientia tradidit usus pios, inconcusse servabimus, quin ta– men disciplinam conditionibus hodiernis prudenti temperamento ac– commodare denegemus, quum ipsa sancta Mater Ecclesia, infalli– bilis magistra, disciplinam suam, prout temporum fert necessitas, opportune modificari invigilet » 90 • Dos años más tarde, Bernardo de Andermatt, por medio de una carta circular suscrita por todo el definitorio general, promulga las ordenaciones capitulares de 1884 91 • Son la aplicación concreta de las leyes a las circunstancias actuales de la orden. No constituyen novedad legislativa; son continuación de fórmulas ya existentes 92 • Pero poseen un elemento especial e importante: la aprobación pon– tificia, que las eleva a la categoría de las constituciones. Es la única vez en la historia capuchina que simples ordenaciones capitulares ss AOC 1 (1885) 22s. 00 AOC 1 (1885) 22s. 91 Ordinationes capituli genera/is LXV. Auctoritate apostolica editae et con– f irmatae, en AOC 2 (1886) 225-246. Fueron traducidas a todas las principales len– guas europeas. Y comentadas en la revista oficial de la orden (AOC 3-5 [1887- 1889] passim). 92 « Neminem latet, PP. et FF. veneratissimi, ex mente ipsarum Constitu– tionum nostrarum ab Urbano VIII. post varias emendationes solemniter appro– batarum, omnibus Generalibus Cornitiis incurnbere nascentibus Ordinis indigen– tiis successive subvenire per speciales ordinationes et dcclarationes, quibus et antiquus vigor roboretur, et temporum varietatibus occurratur. Unde praesentes Ordinationes non sunt quid apud Nostrates novum, sed mera continuatio anti– quissimae et numquam interruptae traditionis » (AOC 2 [1886] 225).

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