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CUESTIONES CANONICO-MOHALES SOBHE EL OFICIO DIVINO Horas entre sí, recitando por la mañana todas las Horas menores, pues as1 lo confirma la costumbre, que es la mejor interpretación de la ley. El cambio de Horas, sin causa que lo justifique. antiguamente algunos lo tenían como pecado grave (5 I ), perb los autores antiguos, con unani– midad moral, han afirmado, y ahora lo afirman todos, que constituye {mi– camente pecado leve, siendo, en general, amplísimos en admitir la existencia del m.otivo razonable, no faltando quien aun se incline a eximir tal muta– ción de toda falta (52). Puede cumplirse la recitación del Oficio desde la media noche hasta la medía noche siguiente, según todos lo admiten. Idéntica unanimidad existe entre los autores en conceder que, por costumbre, por privilegio o por fa– cultad, se pueden anticipar a la tarde anterior los Maitines y Laudes (53), sin que por ello estén obligados a rezarlos cuantos prevean o sepan que al día siguiente se van a ver imposibilitados para hacerlo. Trátase de un pri– vilegio o facultad y ninguno está obligado a hacer uso de tales concesiones. Esta unanimidad desaparece al considerar otro caso que la mayoría de los autores antiguos se proponían explícitamente: si uno sabe que por la tarde, a causa de un impedimento necesario, no podrá rezar Vísperas y Completas,·¿ está obligado a recitarlas por la mañana? Son muchos los autores que responden afirmativamente (54), entre ellos SAN ALFONSO. El santo doctor lo cree así, porque, urgiendo el legislador el precepto del Oficio todo el día, existe el deber de cumplirlo en el tiempo que se pue– da, lo mismo qae cuando uno se encuentra imposibilitado de oír Misa al mediodía está constreñido a asistir a ella por la mañana (55). Los SALMANTICENSES admiten en la obligación diaria del Breviario un precepto con doble efecto: uno grave, que corre durante todo el día ( es el (51) arr. a este respecto I. AZOR, S. I.: Institutiones Mora/es (Lug,du11.l, 1610), I. 10, c. t, col. 962 s. (52) V. gr., A. LEHMKUHL: Theologia Moralis, veo!. II, ed. 10 (Friburg·i Brlsgoviae, 1902), n. 628, n. 440. (53) Sobre las d:scu.s!ones acerca de esta facultad véase BALLERINT·PALMIERI: Opus Theolo. gicum Morale, vol. IV (Pratl, 1891), pp. 301-3ü7, con la amplia nota de la página 307 sobre el origen de la misma (pp. 307-3'.0). (54) . SALMANTrCENSES: Cursus Theolo,qiae Moralts, vo,J, IV (Matrltl, 1710), tractatus 16, c. 3, n. 49 s., p. 23,6 s.; n. 38, p. 233 s.; F. SuAnEz, s. I.: De Religtone (en Opera Omnta, vol. 14, ParisUs, 1850), tractatus 4, l. 4, c. 28, n. 28, p. 4,22; M. BoNACIN.\; TractatuB de HortB canontct8 (en Opera Omnia, vol. I, Ant,uei,ptae, 1654), d!sputatlo 1, q. 8, punctum 2, n. 2, p. 451; F. CAs– TROPALMJ: Opus Mora/e, pars 2.• (Lugduni, 1700), tractatus 7, dtsputatlo 2, punctum 6, n. 16, p. 33 s.; c. LA Cno1x: Theologia Moralts, vol. I (Ravennae-Venetlls, 1747), i 4, n. 1226, p. 437, L. FERRAR'S: Prompta Bibliotheca, vol. V (Matrltl, 1795), ad v. Olflcium Divinum, a. 5, n. 38 s.: l. D'ANNIBALE: Summula Theologiae Moralis, p.ars 3.•, ed. 5.• (Romae, 1908), n. 152, p. IH, nota 42; I. B1JCCERON1: Jnstuutiones Theologiae Moralís, vol. nr, ed. 6.• (Romae, 1915), n. 155, p. 87; A. VERMF.ERSCH: 1'heo/ogiae Moralis Prtncipia-Responsa-ConsiUa, vol. III, ed. 2.• (Rc– mae, 1927), n. 39, p. 4,6. (55) s. ALl'HONSUB: Thcologta Mora/íS, vol. II (:Romae, 11107), l. 4, n. 15,5, p. 579. -· 21 --
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