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F I D E L REGATILLO se muestra un tanto inseguro, pues. admitiendo que en tal ,caso el coro suple en Sexta y Nona, le parece excesivamente laxo que haga lo propio en Prima y Tertia, abarcando así las cuatro Horas menores (43): mas de su argumentación se deduce esto último, pues también para la Misa se debe preparar, en virtud del mismo canon 8ro, y no pudiendo hacerlo con el debido sosiego en Tertia (tiene entonces que revestirse), debe o por lo menos puede muy justamente ejecutarlo en Prima. C) Organistas Por su relativa importancia y por ser un punto más discutido tratare– mos aparte un caso no infrecuente: el del organista. ¿Cumple quien acom– paña al órgano el rezo coral del Oficio sin cantar con los demás los ver– sículos que le corresponden? Unos lo han negado, con o sin razones (44); otros. pocos, a lo menos explícitamente, lo han afirmado (45) El argumento fundamental de los primeros estriba en que quien única– mente toca, ni canta ni recita el Breviario y, por consiguiente, no satisface a la ley de la Iglesia (46). Así lo da a entender, además, el Ceremonial de Obispos (47). Nosotros creemos que el organista cumple el precepto, aunque no recite suavemente su parte; correspondiente. Así lo juzgamos, no porque el órgano suple la voz humana, recibiendo la Iglesia, en lugar de ésta, el sonido de .aquél, como algunos inadmisiblemente lo han afirmado (48), rechazándolo (43) REGATTLLO, en "Sal Terrae", 39 (1951), 123 .s. (44) s. ALPHONSUS! Theol. Mor., vol. II (Romae, 1907), l. 4, !l. 143, p. 585; I. BUCCERONI: Casus Conscientiae, ed. 4.• (Romae, 1901), n. 98, 1. 0 , p. 363; A. BERARDI: Praxis Confessarior11m, vol. IV. ed. 4.• (Faventlae, 1905), !l. 371, p. 153; A. VERMEEHSCH: Theol. Mor., vol. III 1 Roma, 19?7), n. 48, p. 54 (aunque admite costumbre en contra); OENTCCTT-SALSMANS: Casus Conscien– tine, ed. 8.• (Bruxellis, 1947), n. 508, p. 3,59 (a,ctmite, si el or¡rnnlsta deja sólo .alguna parte); NOLDTN-SCHMTTT: Snmma Theologiae Moralis, vol. II, ed. 2fi (J3arcelono, 1945), n. 765, p. 701. (45) Véanse BALLEHINl-PALMIERI: Opus Thrw/ogicum Mora/e, vol. IV (Prati, 1891), n. 158, p. 254; E. F. TIEGAT'LLO: Ins/it11tiones [1lris Canonici, vol. I, ed 3.• (Sant.andcr, 1948), n. 563, p. 305, y en "Sal Terrae", ,39 (1951), 123,; A. PETNl>DOR, C. M.F.: Religiosa organistn y rezo del Oficio, en "Vida Rellg·rosa", 1 (1944), 300 SS.; TABEHA-ANTOÑ,INA-ESCUDERO: Derecho de los reli_r¡insos (Madrid, 1948), n. 311, p. 380; A. DoMTNGUES, O. F. M.: S11pp/et Chorus, en "Revista Eclesiastica Braslle'ra ", 1 o (19'50), 917-920. Muchos de los autores citados en la nota 28, entre los ejemplos que aducen para la snplencia del coro copiándose unos a otros, traen el del organista: .pero no por este so,o heoho se pued~ deducir que todos ellos admitan que cumpla si no reza parto notable del Oflc:o, pues algunos de ellos, por lo menos, después de haber afirmado aquello niegan esto. As!; v. gr., s. ALPHONsus: Tñeot. Mor., vol. II (Romae, 1907), J. 4. n. 143, p. 565. (48) s. ALPHONSUS: !. c.,· I. BUCCERONT: Casus conscientiae (Romae, 190!), n. 98, 1. 0 , p. 363. •Cfr. M. BONACTNA: Traciatus de Horis Canontcis (en Opera Omnia, vol. I, Antuerpiae, 1654), -dlsputat'.o I, q. 3, ,punrtum 2, § 1, n. 13, p. 433. (47) Caeremoniale Episcoporum, I. I, c. 28, n. '7. (18) Cfr. P. SPORER: Theologia Moralis, vol. III (Venetlis, 1'755), p.ars 1.•, De Horis Cano– .nici.~, n. 99, p. 67.

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