BCCCAP00000000000000000001182

LA PRINCESA JUANA DE CASTILLA 263 7. La embajada castellana fue también muy estricta en que Juana en– tregase en tercería todas las escrituras que tuviese, referentes a sus derechos a la sucesión. A pesar de la reiteración, pehsamos que se trataba sólo de una sospecha y de una previsión, ya que Juana nunca presentó tales escrituras, lo que prueba que no las poseía. 8. En el centro de tan enconadas intrigas estaba ella, Juana, que escogió entrar en un convento. Este gesto sirvió a la paz. El cronista Rui de Pina des– cribe la tragedia humana de Juana: "Ella com menos forca alhea que tristeza sua propria e cóm dorosas lamen– tacoes suas e de todos los seus leixeu o titulo de Raynha e tomou nome de Dona Joana e despio seu corpo dos brocados e sedas,..e vestiramna em abitos pardos de Santa Crara" 23. 2.2. Profesión clarisa en Coimbra "Y el primer monasterio en que entró fue Santa Crara de la villa de Santa– rem" 24 • No estaba lejos de Moura, donde se traficaba su porvenir. Debió su– ceder a principio del otoño de 1479. Lo abandonó con aprobación del rey a causa de· la pestilencia que se cernía sobre la villa. Pasó a Santa Clara de Coimbra, donde terminó el noviciado y emitió la profesión religiosa. La propensión de Juana hacia la Orden de Santa Clara le venía por heren– cia de ambas cortes de Castilla y de Portugal. Dejando de lado otros antece– dentes, recuérdese que Alfonso V y ella habían construido el monasterio de Varatojo. Su madre, Juana de Portugal, tan difamada, tuvo concedida licen– cia para edificar el de Aranda de Duero, para el que anticipó normas singula– res 25 . No obstante, los plenipotenciarios dejaron a Juana la posibilidad de acogerse a las dominicas de Jesús de Aveiro, donde vivía la infanta Juana, hija de Alfonso V y que murió joven con fama de santidad 2 6. La profesión de Juana en el monasterio de clarisas de Coimbra está docu– mentada hasta en sus mínimos detalles, ya que fue escudriñada por sendas representaciones diplomáticas, a las que acompañaba una selecta comitiva ju- 23 RUI DE PINA, 871-2. El cronista va más adelante; a Juan II le vino el castigo de Dios en la muerte de su hijo, por haber metido monja a Juana y haber casado a su hijo con Isabel. 24 Ibid., c. 207,871.. 25 Bula Sane pro parte tua, Roma, 1463 noviembre 13, en Bullarium Franciscanum, II, Qua– racchi, 1939, 604-6, nº 1.172: podía llevar cuatro monjas de cualquier monasterio; educar niñas hasta los 20 años; a esa edad, o profesar o volver con dote a casa de sus familiares; bajo la juris– dicción de Tordesillas; en el hábito llevarían un cáliz pequeñ.o por devoción a la cena del Jueves Santo. _ 26 SERRAO, J. V., Historia de Portugal, II, 231 n. 113, cita una petición de los pueblos para que no entrase religiosa. Su testamento breve y ejemplar en GAETANO DE SOUSA, A., Provas da Historia_ genealogica da casa real portuguesa, I, Coimbra, 1946, 98.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz