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260 TARSICIO DE AZCONA Tres reyes portugueses, Juan II, Manuel I y Juan III la tuvieron presente en los presupuestos del estado y la éolmaron de atenciones y gracias 11 • 12. Juana de Castilla, sintiéndose reina de Castilla, aunque bajo las será– ficas lanas de clarisa, fue testigo mudo de la historia de Portugal y de Casti– lla durante 50 años -1480-1530-. No fue insensible a los acontecimientos fami– liares, los sucesivos matrimonios luso-castellanos, la muerte de Isabel y de Femando, el acceso de Carlos I y la guerra civil de los comuneros 12. 2. Parte segunda: monja clarisa en Portugal -1479-1530- El historiador no se siente cómodo al escribir sobre la guerra entre Portu– gal y Castilla -1475-1479-, ni sobre los vericuetos de la paz de 1479 entre sus soberanos, Alfonso V y su hijo Juan, luego Juan II, con Isabel y Femando. Las sombras abundan mucho más que las luces. Aun distinguiendo los valo– res jurídicos y patrióticos de los humanos y éticos, todos los protagonistas sa– lieron de aquella guerra manchados. Ni resulta fácil limpiar de graves salpi– caduras de crueldad, saña y dureza inmisericorde a los lusitanos perdedores, ni a los castellanos victoriosos. Alfonso V sale maltratado en la historiografia portuguesa por aquella desafortunada aventura 13. Isabel y Femando gana– ron la confrontación, pero sin añadir grandes laureles a su honra. 2.1. Juana, pieza esencial para la paz Si violenta fue la guerra, tensa fue la tarea de la paz, iniciada por dos mujeres, la infanta Beatriz de Lancáster y la reina Isabel de Castilla, y se– guida por los plenipotenciarios barón de Alvito y Rodrigo Maldonado. Resultó tarea ardua encajar tantos problemas a contentamiento de las partes, desde abril de 1479 hasta los tratados de Alcafobas de 4 de septiembre del mismo año. Los documentos firmados fueron tres: el tratado de paz entre ambos reí- 11 Conviene leer con discreción a los cronistas Rui de Pina, García de Resende y Damiao de Gois, y a los modernos que les siguen, ya que no son consecuentes al atribuir la invalidez de ma– trimonio a la falta de dispensa, o a la inconsumación del matrimonio. Véase SMET, A. de, Trac– tatus theologico-canonicus de sponsalibus et matrimonio, Brugis, 1927, 164-169, para los ritos an– tiguos en el matrimonio, y BAUCELLS SERRA, R., De matrimonio inconsummatione et de processu super rato, "Las causas matrimoniales", Salamanca, 1953, 467-488. Una relación dudosa sobre el matrimonio de Alfonso y Juana en As Gavetas da Torre do Tombo, I, Lisboa, 1960, 925-8, n.594. 12 Se sale de nuestra brevedad comentar y documentar estos acontecimientos. Algunos serán tratados más delante. No tuvo consistencia la intriga de algunos de casarla con Fernando a la muei:t;e de Isabel en 1504, en nuestro estudio Isabel la Católica, 941. 13 Véanse autores tan ponderados como RIBEIRO DE VASCONCELLOS, A. G., Dona Isabel deAragao (ARainha Santa...), I, Coimbra, 1894, 237-8.

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