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LA PRINCESA JUANA DE CASTILLA 259 yena; para eso, desheredó a Isabel y confirmó la sucesión de su hija Juana, volviéndola a jurar princesa heredera, 8 de noviembre de 1470. 5. Muerto Enrique IV en Segovia el 12 de diciembre de 1474, Isabel se proclamó reina de Castilla, a las pocas horas de dar sepultura a su hermano. Fue una de las acciones más decisivas de la futura historia de España. 6. Enrique IV no dejó testamento escrito que resolviese el problema crucial de la sucesión en el trono. Tampoco dejó un documento escrito con su última voluntad, mirando a solucionar los graves problemas que se cernían sobre sus reinos. 7. Isabel eliminó por medios bélicos violentos a su sobrina Juana. Ganó la guerra contra Portugal -1475-1479-, lo que le dio superioridad al estipular y firmar la paz -abril-septiembre de 1479-. Cabe suponer que actuó con concien– cia recta, fundada en el nombramiento como princesa sucesora y heredera, consensuado en Guisando, pasando por alto la posterior anulación del mismo. 8. La curia romana y la jerarquía castellana no removieron esta cuestión de la legitimidad, sino que fueron aceptando los hechos consumados s. 9. La raíz más honda del problema castellano, al hilo de la inestable perso– nalidad enriqueña, debe buscarse en la revolución social y en la sucesiva gue– rra civil castellana, y más tarde en la guerra contra Portugal. Se debió en el primer momento al creciente poder personal del monarca, y en el segundo a los intereses hegemónicos de ambas coronas sobre la Península 9 • 10. Juana aceptó la ayuda de quien salió en su defensa, su tío, el senil ca– ballero Alfonso V de Portugal. Se casó con él en Plasencia el 30 de mayo de 1475. Fue un matrimonio canónico y completo. Alfonso V le dio el trato de es– posa y Sixto IV notificó a Isabel las razones que había tenido para conceder la dispensa de consanguinidad para dicho matrimonio 10. 11. Parece que la historiografía portuguesa tiene que aquilatar este matri– monio de Alfonso V con Juana, ya que del mismo fluyeron obligaciones de la corona con esta mujer singular. En concreto, merecerían más estudio las es– tancias de Juana desde junio de 1475 hasta marzo de 1479; ¿por qué Alfonso V la ladeó como esposa y le dio el título y tratamiento de infanta: de Portugal? 8 Es verdad que Alejandro VI recordó a Isabel y Fernando el caso de Juana, y que Juan II de Portugal les remitió al mismo, cuando le presionaban para que no dejase el trono a Jorge, su hijo bastardo. Son temas que se salen de nuestro espacio. 9 Quien se extrañe de las consecuencias de esta revolución castellana del siglo XV, que re– pase la galería de revoluciones europeas y cómo han afectado a las instituciones, tales como mo– narquía, iglesia, clases privilegiadas, orden social, justicia y economía. 10 No localizada en el ASV, conocemos una copia coetánea conservada en Academia de la His– toria de Madrid, Salazar, A 1 f. 15v-16.
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