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LA PRINCESA JUANA DE CASTILLA 271 2. 7. Atisbos sobre su religiosidad y cultura Nos asomamos a dos paisajes casi yermos. Sólo briznas. Su educación debió desenvolverse en un ambiente religioso. Sus padres eran creyentes y aun piadosos, no abyectos y perversos. Tuvo confesor desde su adolescencia, seguramente franciscano. Al entrar en las clarisas, tuvo que conocer y vivir el drama que vivían, como todos los institutos del siglo XV, para renovarse y tornar al ideal primi– genio. En su primer testamento no aparecen datos especiales de· devociones o de religiosidad; seguramente porque no pasa de ser una lista de obligaciones y problemas de conciencia. El embajador veneciano escribía al Doge que Juana "vivía santísimamente y con óptima fama". Benning colocó en su re– trato el título: A Excelente Freira. Tocante a su formación cultural prosigue la sequía de noticias. Su niñez y adolescencia estuvieron afectadas por turbulencias sociales. Se ha notado la dificultad de su caligrafia. Parece que no llegó a dominar ni el castellano, ni el portugués, aunque el tema necesita mayor análisis. En el ambiente portugués elevó su formación, ya que vivió en pleno renacimiento literario y artístico 60 . 2.8. Testamentos Caben dos estudios: Juana en los testamentos de los reyes portugueses, sobre todo Juan II y Manuel I, que pasamos por alto 61, y en los testamentos propios. El conocido e impreso lo entendemos más como una declaración de conciencia a un guardián franciscano, quizá Fr. Antonio de Elves. Predomina la voluntad de descargar su conciencia de las deudas con sus'servidores, con quienes hubiera cumplido "dandonos Deos o que espe:rava e nao o que agora tenho". Sería una pista cronológica, referida a tiempo muy temprano. Manda también ser enterrada en Varatojo con el hábito de San Francisco, prueba de que tenía que abandonarlos. Juana redactó otro testamento con todas las formalidades jurídicas. No es sólo que lo afirmen las fuentes narrativas 6 2 , sino que lo prueba la documen- 60 VITERBO, SOUSA, A cultura intellectual de D. Alfonso V, "Archivo Historico Portuguez" 2 (1904) 254-268. Sobre todo, SERRAO, Historia, III, 346-48, donde prueba el apoyo de doña Leonor, mujer de Juan 11, la Reina Vieja, a Gil Vicente, en tiempo de Manuel l. Aunque dudamos de que Juana asistiese a tales representaciones. · 6l Están publicados en SOUSA, 1-1, 206-217 el de Juan 11, y la referencia de Manuel I, ibid., 425. 62 SOLEDADE, Fr. F. da, Historia Serafica..., III, Lisboa, 1705, n. 528. Véase también Histo– ria dos mosteiros... , 252.

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