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TARSICIO DE AZCONA Terminada la docencia del curso de filosofia, el P. Burgui siguió dedica– do llevando al mismo curso por los anchurosos campos de la teología. En el Capítulo Provincial de 30 de junio de 1758 fue nombrado lector de teología para el curso que se abrió en Pamplona Este destino fue decisivo, ya que llenó el resto de su vida. 1.5. Cargos de gobierno Durante esta estancia en Pamplona el P. Burgui fue dando también seña– les de ser hombre de gobierno. Así se explica que fuese eximido de la docen– cia y fuese nombrado guardián o superior del convento en el Capítulo Provincial de 4 de septiembre de 1761. Duró en ese cargo un trienio, ya que en aquel tiempo no era costumbre la reelección en el cargo, sobre todo para el mismo convento. Conocemos su estilo de gobierno por la crónica del conven– to que escribía él mismo y que termina con su hermosa firma. Además de mantener intacta la vida regular de la comunidad, de día y de noche, y mejo– rar la situación económica, conocemos sus memoriales al Patronato de Gabriel de Amasa, referentes a las necesidades de la iglesia y de la casa, consiguiendo notables mejoras5. No viajó como Custodio a Roma; en cambio, acudió al capítulo provin– cial de 25 de septiembre de 1767, en el que cesó en su cargo de Custodio, pero en cambio fue elegido Definidor o consejero 3.º del ministro provincial. Es de notar que durante este trienio tuvo lugar una acción de gran apertura para los estudios: Fue el envío de alumnos capaces a cursar estudios superiores de filo– sofia y de teología a Francia, en concreto a Bretaña y Aquitania, a los conven– tos de Brest y de Bayona. Intervino con su decreto en esta decisión el P. Arnato de Lamballe, Ministro General, dado en Narbona en septiembre de 1770. En el capítulo provincial de 26 de octubre de 1770 fue de nuevo elegido el P. Burgui como 4.º Definidor, accediendo al puesto 3. 0 , después de haber sido elegido Ministro Provincial el primer definidor. Las Actas de Capítulos reflejan gran actividad en este trienio, no sólo referida a la administración, como definiciones, juntas ordinarias y htraordi– narias, sino a la intervención en problemas muy graves como la supresión de la compañía de Jesús, en concreto en Pamplona, y el ofrecimiento para hacer– se cargo de algunos ministerios que los jesuitas realizaban en la ciudad. Como la expulsión llevó consigo la prohibición de los libros de texto de los jesuitas, (5) ACHCP Libro de Capítulos p. 373. -938-

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