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4 P. Anselmo de Legarda,-.Rasgos vizcaínos de San Ignacio predicador en Madr,id: -Nadó San Ignacio de Loyola en Vizcaya... Y le interrumpió otro: -Miente, ¡ voto a Cristo!; que no nació sino en Guipúzcoa,. donde está Azpeitia, y 1 en •!lU j,urisdricción, Loyola." Mas todos sabemos apreciar en su justo valor las censura:;¡ del paladín del cantabrisrno. Difusión.-Si la difusión de vrizcaínos por tierra y por mar no e,stuviera ya &uficientemente comprobada, nos ,brindarían excelente argumento los encuentros de San Ignacio con los de su tierra en sus andanzas por media Europa. "A la fin-nos cuenta el santo (3)-Jlegó a Génova, adonde le conosció un viscaíno ,que se llamaba Portundo... Este le hizo embar– car en una nave que iba a Barcelona." El P. Ribadeneyra (4) nos refiere del Iñigo estudiante que "a la entrada de Alcalá, el primero con quien topó, fué un estudriantico de Vitoria, llamado Martín de Olave, de quien recibió la primera limosna". Y el mismo San Ignacio (A. 6, 57) recuerda agradecido los buenos servicios que le prestaron en la propia Alcalá el sacerdote estelléis don Diego d.e Eguía y su hermano Miguel, el impresor. Años más tarde, según cuenta Ribadeneyra (5), dos hermanos na– varros, cuando regresaban de Jerusalén, "toparon en Venecia. con el P. Ignacio, a quien antes habían conocido y tratado familiar-– mente en Alcalá. Estos se llamaban Esteban y Diego de Eguía, que después entraron y murieron santamente en Roma en la Compañia" La escolta de vizcaínos ,que rodeó a Iñigo en París es bien co. nocida: descuella entre todos el Maestro Francisco Javier, a quien "después ganó para el servicio de Dios por medio de los ejercicios" (A. 8, 82), y que fué, íunto con el de Loyola, la flor de los vizcaínos de todos los tiempos lndumentaria.-En el siglo XVI, y aun posteriormente, fué ca– racterística la indumentaria del vizcaíno, así por el corte de las prendas como por su color (6). Los vestidos con que e' convertido de Loyola salió de su ,casa (3) Autobiografía, 5, 53. P:ara abreviar las referencias a esta obra, em– plearé, en ~l texto mismo, la sigla A, segu1de, de dos cifras, correspondientes respectivamente a capítulo y número marginal. Cito por la, edición de De Dahnases en la BAC. · (4) Vida del bienaventurado Padre Ignacio de Loyola, libro 1, cap. 14, página 84. Cito por la. ed. del P. E. Rey en la EAC, entre las «Historias de la Contrarreforma». • (5) o. c., 2, 6, 112. (6) Estas afirmaciones que aquí pueden plirecer un tanto gratuitas, es– tán, :a. mi ver, suficientemente probadas en Lo Vizcaíno..., al que me remito.

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