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4 P. Anselmo de Legarda.-Primicias del vascuence... na, Iñigo López de Mendoza, quiea hizo los Proverbios, fué hombr2 muy sabio; vino mancebo de la Montaña con dos lebreles y en pier– nas y halló al Rey en e1 Pardo de Segovia cazando y diole los le– breles y el Rey lo recibió en su casa y vino a ser su camarero" (5). La expresión "en piernas", que al pronto suena a gracia, acaso encierre un resquemor perceptible también en otros autores de la época. Por ejemplo, en Diego de Hermosilla (6), poco amigo de viz– caínos y montañe~es, porque "con venir en piernas, con sus azco– nas y sus capotines, les basta para ejecutoria". Menéndez y Pelayo (7) tuvo, a lo que parece, noticia del Flo- 1 eta entonces inédito, cuando escribía de su paisano que "la tradi– ción vulgar, consignada en un. libro de cuentos del siglo XVI, le presentaba muy contra la verdad histórica, viniendo mancebo de la Montaña en piernas y con dos lebreles"; tradición que luego el maestro calificaba de "absurda conseja". RELACIONES CON LO VASCO.-Prescindamos de lo político y bélico, aun reflejado en sus obras poéticas. Literariamente ser8. imperecedera en tierra vasca la memoria d2l Marqués por su fa– mosa serranilla que comienza: De Vitoria me partía un día de esta semana, por me pasar a Alegría do vi moza lepuzcana... En Lo Vizcaíno en la Literatura Castellana me referí a e.sos ver– sos de Santillana y al comentario histórico que en este mismo BO– LETIN les dedicó J. Berruezo en 1947. PRIMICIAS.-Cuando en 1951, al registrar en este BOLETIN la frase de Torres Naharro, la colocaba yo como hito en la fron– tera del vascuence impreso, no so~pechaba, aunque lo deseaba, que pronto. sería menester trasladar el hito varios años más adelant0.. (5) El mismo noreto. pág. 250, dice que los franceses llaman el lu-– gar cercado de caza "parche", esto es, parque, y los españoles, pardo. Con él concuerda Covarrubias al explicarnos s.v. Pardo que "entre las demás significaciones, vale bosque de caza cercado". (6) Diálogo de los pajes. Madrid, 1901, pág. 161. La obra se escribió hacia 1573. A las burlas de la pobreza de ciertos hidalgos vizcaínos, o vascos en general, me referí en mi libro Lo Vizeaino en la Literatura Cas– tellana. San Sebastián, 1953, pág. 448. (7) Antología de poetas lírieos eastellanos, ed. Nacional, t. 2, San– tander, 1944, pág. 89.

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