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6 P. Anselmo de Legarda.-Donostiarras del siglo XVIII que ninguno entre con redecilla en la iglesia. No la hay en éste; mas no por eso deja de ser abuso muy reprensible y muy incon– siderado» (V, 288). DISTRAIDOS EN MISA « ¡Cuántos son ciegos a todo lo que pasa en el sacrificio, al mismo tiempo que son muy linces a todo lo que sucede en el templo! ¡Cuántos son sordos a lo que dke el sacerdote, porque tienen ocupados los oídos en lo que habla el compañero o la com– pañera! ¡Cuántos son mudos, sin acertar a decir a Dios una pa– labra, cuando no cesan de parlotear con los que tienen al lado! ¡Cuántos están allí como unos niños, jugueteando con el bastón, entreteniéndose con la caja ( 4), divirtiéndose con el abanico, enredando con el rosario, y tal vez embelesándose con las estam– pitas de las horas! ¡Cuántos parecen unos locos, según sus gpstos, sus visajes, sus monadas, sus contorsiones y sus fanáticos movi– mientos de cabeza a todos los lados! En fin ¡cuántos o cuántas se van a dormir a la iglesia con la misma paz que si estuvieran en el lecho!» (V, 294-295). POSTURAS IRREVERENTES Las ridiculiza en otro lugar del mismo sermón sobre la misa y la reverencia en los templos. «Pues ¿qué diré -exclama el predicador (V, 282-283)- de las indecentísimas posturas con que se suele asistir al santo sacri– ficio? Unos de bruces sobre los bancos, como si se echaran a dormir; otros repantigados afectadamente en ellos, como al– caldes de entremés. E'stos con una rodilla ,en tierra y la otra levantada, como quien está a la ·espera de conejos, o como sol– dados de la primera línea cuando dispara la segunda; aquéllos con una pierna sobre otra, como si se ensayaran para zapateros. Muchos haciendo vanidad de sus pañuelos y examinando con puerquísima ostentación sus mocos o sus pestes. No pocos sacan– do las cajas con pomposidad, llamando la atención de los que están cerca con autorizados sonsonetes, y dando polvos a todos / ;v lados con grande vanidad de/tabaco». CITAS EN LA IGLESIA En el mismo sermón (V, 298-300), se desata en invectivas con– tra esa costumbre, propia de época en que el encierro de las {4) La del rapé o tabaco en polvo, como es sabido.
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