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FERNANDO DE MENDOZA de San Francisco de Vitoria el 30 de marzo de 1747. Utilizó su crónica manuscrita, Paraíso Cántabro, el señor Landázuri. Con el Quinquatro a la vista iremos formando idea de sus gustos en el púlpito y con la pluma. Entre la dedicatoria, las aprobacio- nes, romances, sonetos, acrósticos y el prólogo, van sucediéndose ,.__! hojas y hojas sin foliar. Es para bostezar leerlos todos. Es para tomar a risa las salidas de tono de alguno de sus autores. Y es de admirar que señores graves, nutridos entre libros, cultiven así .~ · la adulación, la hipérbole y la erudición pedantesca, y lancen niñerías dichas con todo el aplomo y aparato de un descubrimiento científico. Pero así era el gusto de entonces. Fueron los censores dos Lectores jubilados, Definidores ambos: Domingo de Abáigar y Juan Bautista de la Puerta. El Ordinar~o que da la licencia es don Pedro de la Quadra y Achiga. Hay una Aprobación del P. Agustín de Eslaba, Superior y Maestro Pre– sentado en Balbuena, Logroño. Y el único que habla llanamente es el Provincial, José de Mena, que en estilo de oficio otorga en Vitoria la licencia de la Orden. ' En la dedicatoria a la Reina Viuda doña Mariana de Neoburg, que se of;reci6 a costear los gastos de uno de los días, explica el autor en estilo hinchado, rebuscado y retorcido, el título de su libro tomado de las fiestas paganas llamadas Quinquatras por ser de cinco días. Y puesto en ello, se mete de rondón en otras de la antigüedad para terminar volviendo a las quincuatras menores. <<De los Me– nores Quinquatros, por Quinquatro de Menores es éste que llega, Señora, al Sagrado de vuestras piedades>>. Primer intento del Pa– dre Amigo es lanzar un latigazo a la atención con su estrafalario título y poder hacer gala de su erudición clásica. <<Quando la obra ví de los Quinquatros. Tras sí mis cinco se llevó sentidos>>. le dice en un romance don Juan José Sáenz de Texada, catedrá– tico de Letras Humanas en el Semi:nario de San Frudencio ( 1 ). (1) El Seminario de San Prudencio estaba en el sitio que hoy ocupa el Hospicio. Del señor Sáenz de Texada ·he visto la obrita Seminario ·Victoriense. Seounda parte.
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