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-34- Por excepción aparecen las mujeres en este dar y tomar de la plata. Así leemos que poco después de la muerte de Car- , los III se compraron ciertos «juguezuelos» de plata a Cara, judía, joyera de Zaragoza, para la infanta Leonor, hija de Do– ña Blanca. ARGENTEROS JUDIOS.-Había tiendas de argente– ro,s judíos al menos en Tudela y Pamplona. Las de Pamplona estaban situadas junto a la Alcacería.-Totando al muro de la judería había cinco por este orden: Tenía tomada en arriendo la 1 .ª Abrahán A9aya. La 2.ª Ca9on Alborge. La 3.ª Gento Maynos. La 4.ª Ca9on Alborge. La 5.ª Saldaña. (No aparece el nombre).-Tocando a di- cha Alcacería: La 1.ª Saul Nájera. La 2/ Moisés Nájera. La 3.ª Salomón A9amel. La4.ª Ca9011 A9aya. Esta últimap_e puso porque «los argenter-0s requerían más tiendas». Compróse al platero Miguel de Esparza en 20 suel– dos y costó el llevarla del barrio de la Población a la Judería y afirmarla 6 sueldos 6 dineros. Por pequeña y mala que fue– se, el precio de 20 sueldos es irrisorio, mas así consta. Ca9on Alborge, que figura como poseedor de dos tien– das, pudo ser el hijo de Juce Alborge o el de Samuel. De es– te último nombre también hubo dos Alborge, mayor y menor: ambos moraban «en el barrio cabo la teylleria teniendo al por– tal de la fuent vieylla». Uno de ellos llevaba el alias de Mo– s;a: si él o su homónimo era otro de los hijos de Juce no lo tengo averiguado. En los papeles d.e aquel tiempo vense igual– mente otros Alborge, como Abrahán, Jento y Acaz. Este con