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- 29- florines a la comadrona y nodrizas.-Una vieja espada de ceremonia guarnecida de plata dorada el otro padrino Don Martín Martínez de Olloqui, de la Orden de San Juan de Je– rusalén, con una cruz y pomo de plata llevando las armas del infante y funda cubierta de hojas de castaño doradas.-EI abad de Jrache presentó una copa cubierta, tle hechura anti• gua, y otra parecida el prior de Roncesvatles._.:.De un modo análogo se portaron el chantre de la catedral de Pamplona, el tesorero del Rey, los hijosdalgo de Lumbier, Doña Juana de Beaumont y ta población de Estella. Doña Toda Martínez de Medrano no envió plata, sino 20 carneros gordos.-Las aljamas de los judíos prometieron entregar 50 marcos plata, como fueron haciéndolo entre año. Se les pagó a 10 florines marco y recibió la cantidad su rabí mayor Abrahan Enxoep. Del mismo modo hicieron su promesa las villas. El empeñar la plata o venderla era frecuente en la corte navarra. Los ahogos pecuniarios menudeaban, no siendo fácil presentar otras garantías de pago que la plata labrada y tas joyas, o para salir del apuro juzgaban oportuno deshacerse de etlas. Citemos algún ejemplo. Durante su estancia en Castilla, todavía príncipe, tuvo D. Carlos necesidad de tomar dinero sobre su vajilla y hubo de vender en Portugal parte de ella. Entre las piezas del pri– mer lote, que pesaban 174 y medio marcos, figuraba un gran dragón de plata dorada para especias. También enajenó des– pués una gran nave de plata.-Nótese sin embargo que mientras se deshacía de estas obras encargaba un «gobelet» de oro y otras a Juan Garvain, orfebre de Pamplona.-Leonel tenía en 1387 empeñada toda su vajilla de plata. Por lo visto no le habían pagádo aún .su pensión, pues se manda lo hagan sin demora.-A Mosen Pierres de Lesaga le adelantan 109 florines para desempeñar una cintura de plata dorada> Pa--