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-23- fué de uso constante en las ropas de la corte, en tas armas, en la plata de servicio y de regalo, en el ornato de las cons– trucciones. Sobre su simbolismo no sé qué decir. Porque el castaño no indica nostalgia de la montaña en quien huyó de ella cuanto pudo, por gusto propio, por impulso político, por conveniencias higiénicas, a ruegos de una mujer de tierras llanas, como ustedes prefieran, y, dejando la cabeza del reino, que se alza decorada por eminencias montañosas que vienen a serle sus naturales cabellos, determinó vivir definitivamen– te en la planicie. ¿Fué un recuerdo del país natal.? Las hojas de castaño se empleaban simples o dobles, con fruto o despojadas de él, con lema o sin lema. Una ima– gen de San Miguel llevaba 8 castañas y otras tantas hojas de oro fabricadas por Hance Crest. Pendía alguna vez la casta– ña del collar; otras se veían enlazados ramas, hojas y frutos. Tienen el carácter de divisa las palabras bonne foy, bo– na fe, que se complacía el Rey en grabar sobre las hojas de castaño y en otras partes. También los aleones, que debió de usar muy poco. El empleo alterno o simultáneo de varias divisas indica que el Rey no tenía exclusiva predilección por alguna. Un documento de 1422 nos dice que había adoptado por ese tiempo nueva divisa, sin que sepamos cuál era. Las ho– jas y frutos del castaño continuaron ocupando no obstante el antiguo puesto. Otro documento anterior, de 1399, nos habla igualmente de divisa nueva, de forma redonda. No es la castaña, que ya usaba desde 1392 al menos, ni parece la divisa del sol, que, aunque se veía haciendo oficio de tal sobre una alhaja que vendió en París el año 1397, no consta que el Rey la hubiese adoptado como suya ni podría llamarse nueva. Como divisa aparece en un broche hecho por Garvain el

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