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MARQUARTSTEIN, INTERNADO OFICIAL DE BAVIERA 11 sus correspondiente recitales músicos y literarios, funciones de teatro mixtas, bailes regionales y modernos... Con frecuencia acuden nuestros muchachos a conciertos y representaciones teatrales en Munich, Rosenheim. y Salzburgo, unas veces invi– tados por las empresas y otras por la taquilla. Por los demás, no faltan sesiones de cine (aptas); y, para los mayores, de ci- ;;eforo. ·· · Honorarios.~El Ministerio de Educación de Baviera suele determinar cada año el importe de la pensión, que se reduce al m.inimo necesario para el funciona– miento de un internado: gastos de alojamien~o y comida, talleres y jardinería. En 1962 estaba el importe en 2.100 DM (unas 23.800 pesetas), que se abonan por mensualidades ar:ticipadas o en \prorrateo trimestal. cuando por enfermedad o por cualquier otro motivo se ausenta temporalmente el alumno, no hay rebaja o reducción; pero puede concederla el Centro a instancia de los interesados. Aparte de los gastos de pensión hay otros que deben sufragarse del dinero particular del alu:nno. Lo administra el educador respectivo, el cual envía perió– dicamente a los padres un ·extracto de cuenta, no sólo por via de informe, sino para que. hagan las oportunas remesas. Se calcula que los pequeños necesitan unos 40 DM. mensuales y los mayores unos 60 DM. De esta cuenta privada ha de pagarse el material escolar, las lecciones particulares, los viajes, las excursiones, .las reparaciones de ropa y calzado, las medicinas, la asistencia al teatro de la ciudad, las suscripciones a revistas; de ella se distrae semanalmente una cantidad pequeña (de 3 a 4 DM.) para que el niño pueda comprarse fruta, mermelada, etc., y atender caprichos de menor cuantía. CoNcLusroN.-Problema fundamental de los internados es mantener la disci– plina y el hábito de trabajo sin sacrificar la evolución normal de la personalidad de sus aJumnos. La sustitución del vigilante o del inspector por el educador' es la fórmula mágica que hoy va cundiendo en Europa. Una serie de medidas disci– plinares, que conjugan hábilmente el ejercicio de la p,ropia responsabilidad con el de la responsabilidad dé los gobernantes, son su complemento. Es lo que hemos procurado destacar en el estudio precedente.