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ACTAS CONGRE~O INTERNACIONAL 1981 339 de renunciar a lo que es suyo; y habrá de entrarte violentamente en caso de resistencia; «y el mismo exército que entra a favorecerte, será el primero que ayude a destruirte». «Y tú, Ilustre Barcelona, cuyos antiguos blasones de tantos la:u– reles coronarles, hasta agora han sido geroglíficos a un tiempo de las lealtades er:. la paz y de las victorias en la guerra; no desluzcas en las indignas notas de trayción la conservada fama de tantos leales predecesores tuyos; y pues eres móvil por quien se gobiernan las inferiores esferas de tu Principado, considera quánto desdoras tus acciones el día que, abrigada de tus muros, te reservas tú sóla, de– jando en manos del peligro aquellos a quien hizo delincuentes tu obediencia (esto es, obedecer tus consignas)... obedeciendo agora conocerán quantas naciones están a la mira, que no ha sido urgente necesidad la que te ha obligado, teniendo el exército sobre tus mu– ros, sino libre y generosa lealtad ir a buscarlo, quando se aparta dellos.» Por el mes de noviembre de 1641 el caballero don Pedro Calderón de la Barca presentaba sus respetos al valido Conde Duque de San Lúcar la Mayor. Para él traía un pliego reservado, que le confiara el capitán general interino del ejército de Tarragona, don Juan Ruiz de Arellano y Mendoza, marqués de la Hinojosa y señor de los Ca– meros. Desde El Escorial a la Villa y Corte departió largamente con el conde de Olivares (que le acomodó en su noche) sobre la situación nada halagüeña de las reales armas y acerca del canje de prisioneros que proponían los catalanes 21 • Cumplida su misión, alistóse en la compañía de guardias del rey, a las órdenes del conde de Oropesa, y ascendió en ella, «por muy honrado y valiente caballero», al rango de cabo de escuadra. Su última acción, en guerra .viva, data de cuando el desastrado ataque a la ciudad de Lérida (7 de octubre de 1642), en el que pere– cieron buen número de jefes y oficiales y hasta un millar de jine– tes; y entre las personas de calidad, el comisario general de Ordenes, don Rodrigo de Herrera, bajo de cuyo mando peleó bravamente Cal– derón de la Barca. Pretextandc achaques de salud, se retiró definitivamente de la milicia, el 15 .de noviembre de 1642, previa autorización del Conde Duque. 21 Relación de lo que ha obrado con el Exército Real de Tarragona, des– de que tomó el gobierno de las Armas; hasta que se unieron con las de Ara– gón, el Excelentssimo Señor Dn. Juan Ramfrez de Arellano y Mendoc;a... » (original, con el signo del citado marqués de la Hinojosa): Biblioteca Nacio– nal de Madrid, mss. 11146, f. 268-274v; Madrid, 9 de abril de 1642. al fol. 268v la comisión de don Pedro Calderón de la Barca, avalada por su buena hoja de servicios, que firma D. Alvaro de Quiñones. Noticia de su llegada a Madrid, en PELLICER: Avi3os, 5 noviembre 1641.

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