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ACTAS CONGRESO INTERNACIONAL 1981 337 CONTENIDO. Se dedica la Conclusión, al Principado de Cataluña, «siempre leal, ilustre». A cuatro razones cree poder reducir las propaladas por los «perturbadoes de sus antiguas lealtades» en apoyo de su rebeldía presente: contrafuero de los alojamientos, incendio de la iglesia de Riudarenas, excesos de los soldados, singularmente en el infortunio de Cambrils y derecho de entregarse a señor extraño en determinadas circunstancias. Con el fin de quebrantar toda suspicacia, advierte Calderón al Principado, que «no es Ministro político, fundado en propios inte– reses, sino un particuar soldado, que movido del natural afecto español» apela a la cordura, al buen senitdo catalán y a su pasado histórico. Ni funda su alegato, como el autor de la Proclamación, en galería de autoridades bíblicas, morales y patrísticas, sino en la verdad desnuda, «que sola puede debelar un Reyno armado». · Alojar el ejército en Cataluña, tras una campaña tan larga y pe– nosa, sustentada en lo crudo del invierno y en favor del Principado mismo, no fue romperle sus fueros; porque cuando la necesidad obliga, todos los bienes son comunes. Y la necesidad fue apremiante. Teólogos catalanes son los que acaban de dictaminar que, por con– siderarse necesaria la defensa de su tierra, pueden los sacerdotes empuñar las armas, sin incurrir en irregulaidad canónica, ni por ho– micidio 17 • ¿Que hubo vejaciones en los alojamientos? Indudable. Pero de una y otra parte. Mas aun cuando todas esas extorsiones se achaca– ran a los Tercios alojados, no por eso puede afirmarse que suma– jestad intentara quebrar los fueros de Cataluña. Tampoco existen pruebas concluyentes de que el ejército caste– llano ni napolitano incendiara templo alguno. Aun dando de barato que por robar invadieran los soldados la iglesia de Riudarenas, tam– poco de ahí se deduce que ellos provocaran el fuego ni menos que lo hicieran intencionadamente. Y cuando así fuera, podría calificárseles de sacrílegos, nunca de herejes 18 • « Y no me quiero valer de muchas opiniones que aseguran que fueron los mismos naturales tuyos los que le cometieron (el sacrilegio), por hazer mayor la disculpa de sus rencores». Mal pueden los catalanes acusar a nadie de herejía, des– pués de haberse aliado con los franceses, que dieron buenas prue– bas de su luteranismo en Fuenterrabía, como hoy las están dando en Cataluña. ¿Dónde hay más indicios de herejía y de falta de fe? 17 Dictamen de la Junta de teólogos reunida en Barcelona. 1640 (impreso). Copia en M.H.E., XXI, 218. 18 « Sólo pueden excusarse de la nueva calidad de la malicia con decir que son hereges»: Proclamación Católica, cap. 5, p. 19.

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