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336 CALDERÓN DATOS PERSONALES, que al menos no contradicen la afirma– ción de Pellicer y Tovar, pueden sorprenderse en la Conclusión: 1) «Permítasele a un soldado que te escribe desde la campaña, más atento a la obediencia militar, que a los libros que ol– vidé»; 2) «regimientos enteros vimos en Fuenterrabía y hoy en tu Prin– cipado vemos alguno, donde constantemente corre la doc– trina de Lutero». Al celo luterano del mariscal La Force, uno de los principales auxiliares de Condé cuando el cerco de Fuenterrabía, se refiere el P. Moret, que le echa en cara haber convertido en caballeriza el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe 16 ; 3) testigo presencial de lo acaecido en Cambrils, luego de su ren– dición; 4) «por mí satisface la experiencia desde la primera entrada que hicieron sus Reales Armas en tu Principado», respecto a la oferta de perdón e invitación a la paz, no bien juró el de los Vélez su cargo en Tortosa. Cierto que no alude a hechos tan notables como el de Martorell, que le mereció felicitaciones encendidas del teniente general de la caballería de Ordenes, don Alvaro de Quiñones; tampoco se refiere acontecimiento tan resonante como la entrega de la ciudad de Ta– rragona por el francés Mr. de Spenan; pudo omitirse lo primero por modestia y silenciar lo segundo por elegancia, pues que no fue vic– toria sudada. Hay en cambio dos párrafos significativos: «Barce– lona, móvil por quien se gobiernan las inferiores esferas de tu Principado... verás quánto te es útil aprovecharte de la ocasión (eventual suspensión de enfrentamientos); pues obedeciendo agora, conocerán quantas naciones están a la mira, que no ha sido ur– gente necesidad la que te ha obligado, teniendo el exército sobre tus muros, sino libre y generosa lealtad ir a buscarlo quando se aparta dellos». Será gesto más noble por parte de Barcelona, arguye Cal– derón, rendirse ahora, que no cuando el ejército de su majestad había avanzado triunfante hasta sus murallas. «La Patria -escribe en otra página-; porque no sólo no es po– nerla en libertad entregarla a ageno dueño; pero es hacerla esclava... viendo que para entregarte, faltaste a tu señor natural». Y la obe– diencia al rey francés se firmó el 23 de enero de 1641. 1 il JOSÉ MORET: «Sitio de Fuenterrabía», en Anales, t. 12. Tolosa, 1892, p. 57.
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