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134 SATURNINO ARA La mujer que llamaba a las puertas de la fraternidad de las hermanas po– bres traía consigo un empeño de nueva existencia religiosa y no, tal vez, un desengaño de vida y menos un deseo de "abandono" de un mundo falaz, cuanto un compromiso de realizarse en la nueva forma de fraternidad con– templativa, liberadora y en servicio a la Iglesia. Este es el distintivo de algu– nas mujeres de la época y de fechas algo más tardías, como es el caso de Santa Catalina de Siena, años 1347-1380, entre otros 1 7. 2. El presente de la Regla o proyecto de vida de Santa Clara Enjuiciar el presente resulta, a veces, más delicado que lanzar unas afir– maciones frente al pasado y, quizá, incluso más arriesgado que "aventurar" un futuro. En nuestra exposición sobre el presente de la Regla de Santa Clara nos vamos a limitar a tres puntos bien concretos, posiblemente algo teóricos. Se busca puedan servir de base a la construcción del proyecto de vida para la mujer franciscana del futuro, situada en los umbrales del tercer milenio del cristianismo e inicio del noveno siglo del movimiento franciscano 18 . 2.1. El Vaticano II y la adecuada renovación de la legislación de la vida religiosa Han pasado ya más de treinta años desde que se inauguraba solemne– mente la primera sesión del concilio Vaticano II, el día 11 de octubre de 1962. Veintinueve desde que se publicó el decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa. Los diversos institutos religiosos se lanzaron febrilmente a la tarea de modificar la propia legislación para ponerla de acuerdo con las normas y directrices señaladas por el motu proprio Ecclesiae sanctae. Las hermanas clarisas han logrado adaptar, con más o menos acierto y en tiempo relativamente adecuado, las propias Constituciones. Concluidas estas adaptaciones, se pueden formular y de hecho se formulan algunos interrogantes sobre la originalidad y creatividad, así como sobre la 17 Clara de Asís, mujer nueva, es el título de la carta de los ministros generales de la familia franciscana dirigida a las clarisas, a las claustrales franciscanas y a todos los que en el mundo aman a Clara y Francisco, escrita en ocasión del VIII centenario del nacimiento de Santa Clara - 1193-1993-, Roma, 19 de mayo de 1901, solemnidad de Pentecostés. 18 Durante el ciclo de conferencias con el que el Centro de San Francisco de· Asís que radica en el convento de capuchinos -c/ Carlos III, 22, Pamplona-, recordaba el VIII centenario de Santa Clara, sentíamos una brillante y sugestiva intervención del P. Tarsicio de Azcona, Jesús Morrás, OFMCap., quien presentaba a Clara como "alter Christus", mujer con escritos propios, cosa inau– dita en aquella época, primera fundadora de una orden o instituto religioso, defensora de Fran– cisco de Asís y animadora de los hermanos y hermanas en la realización y fidelidad al programa de pobreza; sostenida por los espirituales y un tanto abandonada por los otros hermanos...

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