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vivienda, la construcción de la nueva y suntuosa iglesia y con el crecimiento de las colegialas de cruz quedó preparado el Colegio para ejercer una acción mucho más fecunda en la ciudad de Zaragoza. Creció la religiosidad barroca, aumentó la cultura impartida a las colegialas y se abrió a la sociedad. Sufriió mucho durante los Sitios, pero mucho más durante la exclaustración y la desa– mortizació liberal de 1835. No falta testimonios, nacionales y extranjeros, sobre dicho Colegio, pero sobre todo ahí están los inventarios levantados en 1836, en los que constan con detalles los bienes culturales que encerraba el Colegio, que en parte malperdidos y en parte pasaron a entidades del estado. EVOLUCION JURIDICA 21. El Colegio de las Vírgenes fue sin duda desde el principio una insti– tución canónica de la Iglesia. Fue llamado por el fundador Compañía de las Siervas de la Madre de Dios; pero se impuso el nombre popular de Colegio de las Vírgenes, que es recogido siempre en los segundos Estatutos. Sufrió vici– tudes y avatares durante el siglo XVI; pero ninguno en cuanto a su entidad jurídica. En este sentido el Colegio no vivió alteración alguna. El fundador tuvo una idea muy clara sobre su Colegio, como casa de piedad, espirituali– dad y cultura para jóvenes y mujeres de alcurnia, que se comprometían a «vivir en Colegio sin votos», es decir, vivir en comunidad, pero emitir sin votos religiosos. Debía ajustar su vida a unas normas. 22. Estas normas fueron llamadas entre ellas Estatutos. Durante el siglo XVI estuvieron en vigor los iniciales y fundacionales, dados por Clemente VII en 1531, y los conseguidos por la rectora Ana del papa Pío IV en 15 . Los pri– meros eran numerosos y con el acento y sabor primigenios, que respiraba el fundador. Los segundos fueron más numerosos, extensos, matizados y pues– tos al día, después de las graves experiencias personales y comunitarias, vivi– das por la rectora. Colacados en dos columnas y analizados al detalle, se pue– den captar los dos momentos, edades, identidad masculina y femenina de los autores, padre e hija, y los numerosos matices impuestos por la experiencia. En síntesis son lamados por ella, «reformación, corrección y adición de los Estatutos, hechos en la primera institución del Colegio... fundado por Juan González de Villasimpliz». 32 23. En concreto advertimos evolución en el aumento progresivo de colegi- \ las de Cruz, en el aumento extraordinario de vida espiritual, no sólo en los ordi- narios de misa y oficio divino, sino en los cultos extraordinarios exigidos por las fundaciones de personas pudientes, como de las cofradías que funcionaban en el Colegio; así mismo, en el ambiente y decoración de la vivienda, con obras de 32 Véase «El tenor de los Estatutos hechos y en 31 capítulos comprehendidos», Ibid. pp. 2-4. 66
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