BCCCAP00000000000000000001157

LA EXPERIENCIA POSIBLE 399 4. EN EL TORBELLINO DE LA MUERTE/RESURRECCIÓN DE JESÚS En todo tiempo, esta experiencia de lo nuclear del hecho del Jesús histórico ha sido lo fundamental, nuclear e insustituible de lo básico de la experiencia cristiana. Es justamente la experiencia del que llega a ver que lo nuclear del Evangelio sigue de verdad vivo y presente en la propia vida; es llegar a convencerse, con el convenci– miento de lo verdadero, de que Jesús ha entrado en la vida y de que hay posibilidad de que entre cada vez más; es llegar a emocionarse ante Jesús con la emoción propia del amor; es llegar a saber que, de algún modo, se conecta con ese Jesús de nuestros anhelos; es sentir, en cualquier situación en la que uno se halle, que ya no puede volverse atrás en este camino comenzado; es saberse de tal modo agarrado por dentro, que uno ya no podría ser otra cosa aunque lo quisiera; es, por todo ello, llegar a sentir una terrible nostalgia del día del Señor; es entrar por el camino desmesurado y peligroso de los presupuestos evangélicos. Verdadero torbellino que envuelve la vida del creyente y la reorienta hacia ámbitos que antes le habían sido insospechables. Verdadera obra del Espíritu de Jesús, verdadera reconversión de la propia historia, núcleo de la experiencia cristiana. 5. VIVIENDO LOS SACRAMENTOS COMO CONFESIÓN Y ÁNIMO No tanto como expresión religiosa, ya que este lenguaje de lo religioso se le ha oscurecido al hombre secular. Pero las grandes posibilidades de los sacramentos, como marco para la confesión viva de la fe y como lugar para el ánimo creyente, permanecen vivas y necesarias para aquel que ha entrado (aunque fuere débilmente) en la experiencia de lo cristiano con una cierta definitividad. Natural– mente que una vivencia de los sacramentos, concebidos más como confesión de fe y ánimo que como expresión religiosa, imprimirán a la celebración de los mismos un giro de casi total novedad en formas y contenidos. 6. EN EL AGARRADERO DE UNA ORACIÓN Y DE UNA IGLESIA DISTINTAS Manteniendo estos valores no sólo por aprecio de su venerada antigüedad, sino por pura necesidad, por considerarlos como agarra– deros necesarios para no naufragar en esta verdadera conflagración de sentimientos, opiniones y situaciones nuevas que al hombre secu– lar le cuesta asumir e integrar. El calificar a estas realidades espiri-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz