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417 EL CÁNTICO A LA VIÑA DEL AMADO (IS 5, 1-7) 721 el texto consonántico, cambiando sólo el jirek ~ de dodí en tseré -::– dóde(y), estado constructo de dodim, y lee = sírat dode(y) tekarm'3, que traduce «le chant de (son) amour pour sa vigne» 33 • Un punto, pues, parece asegurado: que en el dodi del T M no se quiere expresar el autor del canto dicho por Isaías, sino la calidad del mismo, a saber, que es un canto de amor 34 • Mas, objetará alguien: ¿Cómo puede lla– marse canto de amor una parábola en la que todo suena a quejas, reproches, amenazas y castigos? Pero, sin hablar del amor que suponen los múltiples cuidados prodigados a la viña y descritos en el v. 2, también las quejas y reproches, las amenazas y castigos, que se des– criben a continuación, son en último análisis pruebas del amor, amor herido por la ingratitud; son una llamada al corazón del pueblo pre– varicador, simbolizado en la viña. Le cuadra bien, por tanto, el nombre de «canto de anior». Pero ¿amor de Dios o del profeta? Si se entiende de Dios, como lo hacen los que prefieren la lección doda(y)w, «el canto de su amor» o «su canto de amor»,· se incurre en el inconveniente antes notado de que el profeta repetiría a Dios el canto de Dios; incon– venient~ que se evita leyendo o doday = mi amor, o dodim (sírat dodim = un canto de amor). Esta es la lección que en fin de cuentas hemos adoptado, traduciendo con A. VACCARI 35 : «Quiero cantar para mi amado un cántico de amor a su viña». El profeta expresa su amor a la viña de su amado, a quien quiere consolar en la grave desilusión que a causa de ella padece, pues a pesar de todos los cuidados es obstinadamente estéril. lsaías, con este cántico que dedica a su amado, le demuestra su interés por la causa de él, pues se propone recabar del pueblo (viña del amado) un cambio de conducta respecto de Dios. Pero ¿es Dios el «amado» (*yiidíd) que se nombra en este canto (vv. 1.2)? ¿No será «el amado» un hombre, amigo del profeta (ser real o fingido), propietario de una viña como la descrita en el cántico? Así piensa J. STEINMANN (op. cit.), y en principio hay que convenir en que la cosa es posible; pues tratándose de una parábola es natural que la descripción de la escena se tome de la vida humana, de los usos y costumbres del pueblo y que se introduzca un amigo, real o fingido, cuyo cántico a su viña reproduce el profeta. Pero hay que convenir también en que. nuestro Cántico es una parábola sui generis, muy teñida de alegoría, en que la figura y la realidad se entremezclan, y ésta se percibe desde el principio a través de las sombras de aquélla; tanto más que poco antes Dios había llamado al pueblo su viña: 33 En el volumen de Isaías de QUMRAN (avocálico), se leen las mismas consonantes, que las que se puntúan en el T M, ,,,, que se pueden leer, o dodi (mi amigo), o dodai (mi amor), o dode(y) = (su) amor; y por tanto no ayuda a resolver la cuestión. . , 34 Asi el Salmo 44 (45), epitalamio del rey Mesías, se llama en el titulo, sir ytdidot = cántico de amor, o de amores. ,s A. VACCARI, La Sacra Bibbia, vol. VI/1, 1 Pro/eti, Roma, 1958. -7-

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