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415 EL CÁNTICO A LA VIÑA DEL AMADO (rs 5, 1-7) 719 hombres de Judá»), en la explanada o en los atrios del Templo, lsaías pronunció o cantó este Cántico. El Cántico de la viña, atendiendo al orden lógico de las ideas en él enunciadas más que a la variada y fluctuante conte:i¡:tura métrica del texto poético, contiene los siguientes elementos: A) un pre 1u di o– dedicación del Cántico, v. 1ª; B) el cuerpo de la parábola en tres es– trofas : a) vv. Jb.2, cuidados del amado para con su viña e ingratitud de ésta; b) w. 3.4, juicio intentado Cóntra la viña ingrata; c) vv. 5.6, amenazas de abandono de la viña; y C) v. 7, una con c 1u si ó n, en que se declara el sentido de la parábola. En la primera estrofa y en la conclusión habla el profeta en 3.ª persona; en las estrofas segunda y tercera habla el amado o dueño de la viña en l.ª persona 24 ; con un procedimiento literario que es dado observar en otros Cánticos de cuatro estrofas o partes, v. gr. en el Salmo 2, la primera y cuarta estrofa (vv. 1-3, 10,;12) las dice el Salmista; las dos intermedias las dicen, la segunda Yahweh (vv. 4-6), la tercera (vv. 7-9) su Ungido. De igual manera los cuatro Cánticos del «Siervo de Yahweh» se dis– tribuyen así: en el primero (Is 42, 1-4) y en el cuarto, (Is 52, 13-53, 12) habla Yahweh de su Siervo: en el segundo (Is 49, 1-6) y en el tercero (50, 4-9) habla el Siervo de sí mismo. A) EL PRELUDIO (V. lª) Quiero cantar para mi amado un cántico de amor a su viña•. 'iilíiriih~nii' lldidi líirat dodi 1ekarmC> Esta introducción parece intencionadamente un tanto enigmática y misteriosa, quizá con el fin de excitar más la atención de los oyentes. Es difícil precisar el sentido exacto de esta frase, como lo prueba la variedad de opiniones sobre ella. Los autores, aun después de deci– dirse por una determinada versión, se muestran poco satisfechos de ella, viendo que hay otras posibles e igualmente probables; y eso, sea que se quiera conservar el texto hebreo, sea que se introduzca en él alguna enmienda. La primera incertidumbre proviene del doble valor (subjetivo u objetivo) que puede tener la preposición ze en lzdtdt y en l•karmo (= «a, para mi amado», «a, para su viña» : o «de, sobre mi amado»; «de, sobre su viña»). La segunda incertidumbre se origina del uso bíblico de *yaátd ( = amado), que se dice habitualmente del 24 Así es en el hebr. y la Vg: mientras la vers. gr. de los LXX pone en boca del amado en primera persona todos los verbos del v. 2, que tratan de los cuidados prodigados a la viña: 'ltEpté611xa., gya.pocxwo-a., eq¡Únuo-oc, cpxo- 86µ. 110-a., etc. Es de notar empero que el texto griego de los Evangelios, que repite ese v. 2 de nuestro Cántico en la parábola de los pérfidos viñadores (Mt 21, 33; paral.), sigue el hebreo y no los LXX, poniendo todos los verbos en tercera persona: lqnínuasv, 1tsp11í671xev, <j>xooóµ.11asv ... -S-
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