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El cántico a la viña del amado (Is 5, 1-7) La viña, cuya primera aparición en la Biblia se remonta a Noé después del diluvio 1 , y cuyas preciadas dotes de hermosura, fecun– didad y simbolismo de paz inspiran las bendiciones de Jacob a Judá y José, los dos representantes principales del pueblo 2, figura entre las plantas más estimadas de Palestina, junto con el olivo, la higuera y el trigo 3 • Apenas hay descripción de la Tierra prometidá (el país de Ca– naán) en que no aparezca la viña como una de sus riquezas y atrac– tivos principales•. El dicho proverbial para encarecer la fertilidad de Palestina, «tierra· que mana leche y miel», se traduce por los explo– radores mandados por Moisés con la muestra de los frutos que de ella traían y sobre todo con el sarmiento cargado de racimos que entre dos sostenían en un palo 5 • Proverbial era también la alegría de la vendimia y los cánticos de los lagareros •; y expresión de seguridad colectiva e individual y de vida pacífica y feliz era el estar cada cual sentado o tendido a la sombra de su parra y de su higuera 7 • La viña, su cultivo, sus frutos es algo familiar al israelita, y apenas hay libro en la Biblia en que no se haga mención de ello repetidas veces : no sólo se dice que la Pale~~a en general es tierra de viñedos (y olivares), sino que se nombran algunas regiones especialmente célebres por sus viñas, como el Valle del racimo (Nehelescol), cerca de Hebrón \ las viñas de 1 Gen 9, 20. 2 Gen 49, 11 11., 22. . 3 Expresión gráfica de ello es el apólogo de Joatán (Jud 9, 8 ss.) sobre las plantas que en busca de un rey, ofrecen la corona al olivo, a la higuera y a la vid. 4 Deut 6, 10-13; 8, 7-10; 11, 10-15; etc. -~ Num 13, 24-28. 0 Ps 4, 8; Is 16; 10; Jer 48, 33, 7 3 Re 4, 25; Miq 4, 4; Zac 3, 10; l Mac 14, 12. ª NUJD 13, 24 ~- - 34 (1960) ESTUDIOS ECLESIÁSTICOS -l- 715-731

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