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acogiendo las insi.nuac:iones de varios congresistas, la clausura s,e adelantó del día, 3 a la noche del 2. Dentro del Congreso, las mismas sesiones de, estudio se desenvolvieron igual– mente en la forma prevista. Las ponencias no duraban más de 40 o 45 minutos; a veces seguía la lectura de algunas comunicaciones sobre el mismo tema. En todo caso, generalmente quedaba un amplio margen de tiempo para un diálogo prolongado sobre cada tema. De ordinario tos mismos ponentes s,e encargaban de sugerir las cuestiones que podían ser objeto de discusión. Pero siempre se concedió una gran libertad para que cada asistente expusiese sus puntos de vista, aun cuando, para obviar a la excesiva y desordenada dispersión del diálogo que de ahi se seguía algunas veces, se optó por señalar u,no que dirigiese los debates. En la presidencia tomaban puesto los dos Provinciales de Valencia y Portugal; junto a ellos fueron turnándose, uno a uno, los congresistas que podían sigrnificar una representación particular (de una Familia Fra,nciscana, de una Provincia, de un oficio ... ). Se re,spetó ,el orden que se habia determinado para las ponencias. Sólo hubo que introducir una ,variación. Cuando se supo que el Obispo-Vicario Capitular de la dió,cesis quería honrarnos con su presencia presidiendo personal– me.nte la sesión de clausura, se decidió reservar para entonces una de las ponencias. Se escogió la del P. Pedro Anasagasti. Como sobre el apostolado había también otra ponencia, se podia desarrollar después de ésta todo el diálogo referent,e a los problemas apostólicos, mientras que así el P. Anasagasti podría presentarnos su ponencia ante el Sr. Obispo sin dejar lugar a diálogo. Y así se hizo. Estas s,esiones de estudio encontraron grande eco en la prensa valenciana. Los periódicos de la capital (Las Provincias, Levante, Jornada) d,edicaron todos los días un amplio reportaje a los trabajos del Congreso. Se nos dijo que también la radio se ocupó del mismo, alguna vez hasta la misma Radio Nacional. Incluso la TVE dió algún reportaje del Congreso. Toda esta difusió,n se debió sobre todo a las diligencias del P. Gabriel Francés, de la Provincia de Valencia, director de "La Acción Antoniana". En la preparación de los reportajes le ayudaron especial– mente los PP. Jorge Sanchis, Definidor de la misma Provincia, y P. Anasagasti, además de otros Padres congr,esistas. El Programa preveía, al margen de las sesiones de estudio, algunos actos de piedad en común. Eran los que podían dar su más profundo sentido religioso y fraterno a nuestras conviv,encias en torno a fa vocación franciscana. Todas las mafia,nas la concelebración de la Misa, en 3 ta,ndas, nos vió unidos en el Sacrificio Eucarístico. Revistió una mayor solemnidad, y una viv:encia particularmente sen– tida la concelebración que, presidida por el M. R. P. Fidel Elizondo, ex-Provincial de ]os Capuchinos de Navarra, se celebró en la media noche del día 31, para iniciar así el Nuevo Año. Todas las noches, después de las disputas ,a,nimadas de cada día, la celebración de la Palabra debía reunirnos a todos ,nuevamente ante el altar del Señor. Los textos fueron oportunamente ,escogidos y pre,parados por el P. Javier Garrido, O.F.M., de la Provincia de Cantabria. La presidencia del acto, junto con la correspondiente homilía corrió a cargo del mismo P. Garrido el día 28; del· P. Lázaro Iriarte, O.F.M.Cap., el 29; y del P. Salvador Perona, O.F.M., de la Provincia de Valencia, el día 31. En la noche del día 30 este acto fue suspendido por una Salve que todos los congresistas cantamos ante la venerada imagen de la Virgen de los Desamparados, a la que quisimos rendir nuestro homenaje filial, con un sentido particu1ar de unión frater!lla entre las varias Ramas Franciscanas. Tras unas fervorosas palabras que nos dirigió en la Basilica el P. Antonio Alvarez, O.F.M., die la Provincia de Valencia, la Salv,e fue oficiada por el P. Provincial de Portugal, asistido del P. Lázaro Iriarte, O.F.M.Cap., y del P. Jaime Tugores, T.O.R., mientras que el P. Provincial de Valencia ocupaba la presidencia. En cambio los días 1 y 2 no pudimos tener este acto de piedad vesp,ertino, imped:dos respecti– vamente por la excursiión y por el acto de clausura. 7
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