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6 éxpres10n objetiva a Íos di.§.logos de aquellos días, guardando, conforme fl lo que se acordó al final del Congreso, el anonimato en los mismos, aunque esto muchas veces ha dificultado la .redacción clara de las varias respuestas, réplicas, contra– rréplicas etc. He querido hacerlo sin .pretensiones literarias de ninguna clase (que ni queriendo podría ostentarlas), pero sí con la mayor fidelidad posible dentro de la co,ncisión a que se me obligó. Esto no obsta a que a veces, cons– cientemente, haya tenido que meter un poco mi mano: para ordenar el diálogo más lógiicamente y haoer más fácil su comprensión, evitar algunas repeticiones, explicar o completar algunas frases que, inteligib1es donde y cuando se pronun– ciaron, podrían resultar oscuras o entenderse mal en una lectura fría y desconec– tada de aquella realidad. Pero sinceramente creo haber tratado si-empre, hones– tamente, de respetar lo que allí se dijo, en cuanto yo pude enbenderlo y anotarlo ... Si con todo alguien juzga que más bien he corrompido el sentido de algunas intervenciones, por mi parte tiene p1e,na libertad para emular los viejos tiempos Escolásticos publicando, en la forma que prefiera, un "Corrnctorium Corruptorii Fr. Thomae" ... 2) Desarrollo del Congreso Sólo unas pocas noticias: las impresdndib1es para presentar -el "marco his– tórico" en el que se desenvolvió el Congreso y facilitar su comprensión. En realidad las noticias fundamentales se encuentran ya -en el Programa pre– viamente impreso, pues éste fue observado casi literalmente, con excepción de algunos pequeños detalles que por circunstancias imprevistas se creyó conve– niente cambiar. Sólo esto denota· ya el cuidado con que había sido preparado todo el Congreso y la seriedad con que se procedió en su realización: mérito, que es justo reconocer, de cuatlltos fueron llamados a colaborar en él, en particular del P. Isidro Guerra. Designado por los PP. Provincia1es de España y Portugal para director del Congreso, fue él quien cargó con toda la responsabilidad de su preparación y, después, de su d:irección efectiva. Pero sin duda contribuyó también decididamente al éxito del mismo la generosa y continua aportación de los varios responsables de la Provincia de Valeincia: del P. Provincial que, aparte de todas las facilidades concedidas para el Congreso, presidió todas sus s-esiones; del P. Serafín Pérez, superior de la Residencia Universitaria "La Con– cepc1ón" que nos hospedó, tratámdonos en todo momento con la máxima genero– sidad; del P. Eduardo Camallonga, secretario técnico del Congreso y solícilo proveedor de cuanto fuese necesario u oportuno para su desarrollo; del P. Ben– jamín Agulló, secretario provincial; etc. Así pudo crearse un ambiente sereno, acogedor y fraterno, que sin duda fue uno de los eleme,ntos que más favorecieron el éxito de nuestro Congreso. He dicho que éste se desarrolló conforme al Programa. Iniciado el 28 de diciembre por la mañana con el acto inaugural, las varias sesiones se sucedieron a ritmo sostenido. Hay que apuntar sólo algunas excepciones, que fueron sin duda del agrado de todos los congresistas. , E,n la tarde del día 30, aceptando un ofrecimiento gentil de "Información y Turismo" de Valencia, interrumpimos por algo más de dos horas nuestros estudios para visita~os principales monu– mentos artísticos de la ciudad. La visita se efectuó -en un autobús que la misma entidad puso a nuestra disposición, y co,n explicaciones de u -experto guía oficial. El día 1 de enero celebramos el comienzo del nuevo año con una deliciosa excur– sión con que el P. Provincial de Valencia obsequió a los congresistas. Al par que visitá!bamos varios conventos de la Provincia (Pego, Onteniente, Carcage,nte), en los que fuimos fraternalmente recibidos y generosamente tratados, pudimos admirar las bellezas de la huerta va1enciana, justamente renombrada. Finalmente,

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