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111. ESTRUCTURAS PARA NUESTRA REFORMA 12. La formación franciscana de nuestros aspirantes Reposados los espiritus con la deliciosa excursión con que la Provincia de Valencia obsequió a los congresistas por todo el día 1, la mafi.ana del 2 se dedica al estudio de las principales estructuras ,que la Orden debe revisar para realizar su reforma. El P. PEDRO ROMERO, O.F.M., de la Pro– vincia de S. Gregorio, Lector General de Pedagogía por Grottaferrata y actualmente Rector del Colegio Seráfico de Pastrana, examina los problemas actuales de la edu– cación de nuestros aspirantes. La ponencia: Advierte el P. Romero sobre las dificulta– des para tratar bien este tema, no sólo por sus dimensiones, sino también porque: a) su– pone una cierta formulación de la vida fran– ciscana adaptada a las exigencias de hoy, b) hay que conocer bien la juventud actual para presentarle con acierto 1os principios de nuestra vida. A esto se suman las difi– cultades inherentes 'ª los problemas de la vocación y de la formación eclesiástica y religiosa en general A) Objetivos de la formación franciscana. Debe1n est,ar claros en la mente de los edu– cadores, no sólo en forma abstracta, sino también concre1Jados en forma de vida prác– tica. El objetivo fundamental es el de capacitar al aspirante para vicvir la vida franciscana, o sea: para guardar el S. Evan– gelio en pobreza, obediencia y ca:stidad, con las tremendas implicaciones que comporta en nuestra vida. Esto debe i.ntegrars.e en 58 los objetivos de la Iglesia en la educación para la vida religiosa general: formación para la caridad con Íos consejos evangé– licos (Decr. "Perfectae caritatis"). Y como la mayor parte de la Orden somos sacerdo– tes, hay que integrar además las normas del Decr. '''Optaitam totius" sobre la forma– ción sacerdotal. En todo ello es preciso re– valorizar los valores humanos naturales (dignidad de la persona humana ... ), guar– da.ndo los principios de sana sico1ogía y pedagogía para ob'.ener la maduración de la personalidad humana, como exige el mismo Decreto. B) Prerrequisitos de la formación reJi. giosa. Se trata de determinar la existencia de aptitud vocacional durante un periodo que se llama d'e p,reformación en un sistema que se puede ensayar, con el fin de sacar vocaciones. Hay peligro de derrotismo, porque la tarea es difícil: por la dificultad innata al descubrimie1n:to de la vocación, y por la crisis general de la religiosidad en la juventud moderna. Comprende dos as– pectos: 1 °) Búsqueda de gfu-menes de vocación. No se trata de búsqueda masiva de chicos, sin selección, sino de dar con los que parez– can •tener ya al menos gérmenes de vocación en cua,nto que muestren una ilusión razona– ble por esta vida. Para esto se requiere que la vida franciscana, debidamente adap– tada, presente un idear capaz de atraer a los chicos de hoy, y que la viv,amos real– mente. En est,a búsqueda deben colaborar, bajo la dirección de un promotor de vo-ca– ciones que coordine estas actividades: a)

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