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apostolado del testimonio y del ejemplo. 3°) Se dirija el apostolado preferentemente a los pobres, humildes y pecadores. 4°) Se fomente la pvesencia en ,el mundo ,obrero y la acciún social. 5°) Se promuevan las obras de paz internacional. 6°) Se promuef\'a el diálo-go con el mwndo contemporáneo, espe– cialmente por la difusión de la ideología franciscana en lo que toca: a) al v-erdadero sentido de la democracia y autoridad, que han de entenderse como servicio, por amor especialmente de los pobres y humildes; b) a la conciliación de 1a libertad y digni– dad de la persona humana con la obedie,ncia mediant,e la humildad y la caridad; c) al vaLors práctico de la teología, filosofía, y cultura humanas, que deben t•ener por fin el amor; d) a la posibilidad de un verdadero humanismo cristiano, en el que todos los elementos positivos de la cultura humana moderna sean reconocidos, estimados y ar– rno,nizados con la f.e". 2) E'i apostolado con la TOF. y demás familias :franciscanas. Dos comunicaciones consecutivas ponen al rojo vivo el problema. La primera es del P. Emilio de Sollana, 0.F.M.Cap., de la Provincia de Valencia, Comisario de la TOF "aunque" profesor, pero que habla ante todo como un "con– vencido"; y lo hace realmente po,niendo en cada palabra toda su alma: -En los movi– mientos apuntados para el apostolado fran– ciscano entra de lleno la TOF como nuestro laicado selecto. Pero la tenemos abandona– da. Tenemos nuestra vanguardia propia: las monjas de la II y III Orde,n, y 1os ter– ciari-os seculares. Llegan a donde nosotros no podemos llegar. La TOF es mucho más de lo que nosotros pensamos; 1os mismos terciarios dicen que existen "a pesar de los fraUes". La I Orden tiene graves responsa– bilidades ante la III Orden. ¿Qué hacen Uds. como ,prof.esores ,en favor de la TOF? ¡Nada! Nunca habla,n de ella a los coristas... ¿Nos damos cuenta de la identidad de he– rencia, de cari-sma, entre frailes y tevciarios? ¿Tenemos nosotros derecho, como hermanos mayores, a despreciar a los terciarios? ¿ Qué saben los frailes sobre la TOF'? ¿Conocen, p.ej. , aun los profesores, conocen los coiris– tas la carta colectiva de los Ministros Ge– nerales de las Ramas Francisca,nas sobre la TOF? (carta que no llegó a publicarse ni en "Acta 0.F.M." ni en "Ana1ecta 0.F.M. Cap.''; más tarde se puhlicóó en "Tertius 01:"do"l. Nos debe hacer pensar seriamente la afirmación de Mons. Garrone: la Orden F•ranciscana sitn la TOF aparecería mutilada; un con~ento franciscano sin proyección en la TOF faltaría a su vocación ... El P. Emi– lio concluye su comunicación leyendo con– movido algunos párrafos de u,na carta que acaba de escribirle un Padre joven animán– dole a seguir trabajando por la T'OF e' in– teresando por ella a todos: Estamos come– tiendo -le dice en la carta- un monstruoso fraude al mundo y a Dios al descuidar la TOF; y de ello somos particularmente res– ponsables los profesores ... La segunda oomunicació,n viene a rema– char el clavo. La hace el P. Jaime Tugores, T.O.R. de Mallorca, que igualmente hwbla sobre todo .como "convencido" de la TOF y con no menos entusiasmo: -He recibido muchas alegrías trabajando con la TOF; pero también grandes verguenzas porsque la mayor parte de 1os frailes- no se intere– san por ella. A los coristas ,no se les habla sobre la TOF si no es para despreciarla. Aun Sobre S. Francisco no hay ninguna clase en tos colegios seráficos; en filosofía y teología, aun hablándose mucho sobre S. Buenaventura y Escoto, queda un grande vacío: sobre todo porque no se presenta de'bidamente la TOF. ¡La fuerza que podría significar si todos los profesores hablasen sobTe ella con frecuencia! ¡Cuánto perjuicio cauisan, en cambio, por no hablar' de ella y, lo que ,es peor, seña1ándola con sonrisitas despectivas. Prefieren hablar de ciertos 1lérmi,nas hoy de moda. . . ¡Acercaos a la teología de la TOF, que también la hay! También habría que iinsistir en nuestra ayuda espiritual a las religiosas de la II y III Orden. ¡E,s pena que tantas_ veces estén tan desatendidas! ... Responde un predicador de misiones: -Yo no soy lector, pero creo de justicia salir en defensa de 1os Lectores. El fallo se deibe a la farta de estructuras, en nuestra Orden, para una pastoral de conjunto, para coordi– nar adecuadamente todas nuestras activi– dades--Responde el P. Emilio: Cieramente las estructuras actuales no favorecen. Pero no obstante hay Lectoves que han trabaja– do bien con la TOF. Si los demás no lo hacen, es parque no están oo,nvencidos de la TOF. En cambio, estamos metiéndonos 55

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