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los sacerdotes, .asistan a la Misa celebrada por uno de ellos. b) La 0RAClON. El hecho en S. Fra,n– cisco es conocido: parec'ia la oración perso– nificada (Celano). En las reformas francis– canas destaca la cantidad de tLempo asig– nada .a la O"ración: en la Vil1acreciana, unas 12 horas (entre meditadón y Oficio divino); en varias reformas, dos horas y media a la meditaci.ón ....El sentido de esta preva– lencia era que toda la vida debe ser pa:t;a Dios, y todo 1o temporal debe estar al ser– vicio de la oración (temor de que el trabajo, el estudio ocupen el luga·r de Dios). Modo de oración en S. Francisco: adoración, re– verencia (sentimientio frecu-en1lisimo por la conciencia de la absolutez de Dios; mani– festado aún en 111, postura del .cuerpo), acción de gracias y alabanza (acaso es el modo más testificado por las fuentes), com– punctón (conciencia de sus pecados y de su nada), deseo del cielo, petición (por sus frailes, por s,i ... ). Este ideal de oración lo realizaba prácticamente en difeventes lu– gares (en la celda, en lugaTes solitarios: iglesias abandonadas, montes, cuevas ... ) ; a todas horas, pero sobre todo de nO'Che, La Regla no .conttene. un prrecepto concreto sobre la oración, porque delbe ser la vida de la comunidad. ,c) El OFICIO DIVINO. S. Francisco le daba mücha importancia. Mucho de su personalidad se debe segurament,e al Oficio divino que recitaba (sobve todo su menta– lidad biblica). Pero faltan textos •explici'i:os sobre el modo en que lo concebía. No .apa– rece que lo Tezasen en 1 común por razón comunitaria, sino p·orque asi · velan mejor a Cristo. 3) caract.eristicas de la piedad :friancis– cana: cristocéntrica, litúrgica, escatológica, afectiva, s,encilla ... El diálogo: 1) Interpretación de la piedad :francis– cana. A]gunos congresistas ponen reparos a la interpretación presentada por el P. López: -La piedad descrita como fran– ciscana parece ·común a todas las Ord•enes. Además da la impresión de que concepciones y prácticas actuales se trasponen a la vida de S. Francisco: p.ej . la absolutez de Dios no aparece en él tan especlficament-e; id. la conciencia del misterio pascual tal como ahora se entiende. ¿Hasta qué grado se encuentran ·realimente estos aspectos e,n S. F~anci'sco? -Uno -responde que no con esta conciencia actual, pero si con una intuición que fue muy superior a la que otros tenian entonces. -Otro aduce un detalle particu– lar para mostrar que S. Francisco de hecho sabfa sintoniza;r con 1os tiempos litúrgicos: en su carta al Capitulo General, escrita en el tiempo de Pentecostés, pres:enta a Cristo glorioso (pa,scual). -Otro más, cree también que efectivamente en S. Francisco hay datos en este sentido; p.ej . el ponente ha expues• to bien, ,objetivamente, lo referente a la absolutez de Dios; pero también existe ~l peligro real de ·transferir al siglo XIII con– cepciones modernas: p.ej. la concepción de O. Casel, de Berulle etc. sobre la presencia actua] de los misterios de Cristo, mientras que S. ·Francisco en estos misterios desta– ca más el aspecto de ejemplaridad (S. Fran– cisco era muy agustini'ano). En cuanto a la vida litúrgica en general, se hace est,a precisación: -Algu1nos moder– nos acusan a S. Francisco de haber torcido la auténtica piedad litúrgica hacia una pie– diad su~etiva. En realidad él salvó, con su ejemplo y po'l' la acción de sus frailes, la liturgia en -el grado y la forma en que entonces era posible, pues a,si hizo al pueblo participar en las funciones sagradas, mioo– tras que la .grande liturgia del tiempo (tipo Cluny) ya ino int,eres,a,ba a los fieles. 2) La Misa en nuestra piedad. La discu– sióln pasa a la celebración individual de la Misa por simple devoción personal. Uno ha planteado este problema: -¿Percibió N. Padre el aspecto comunitario de la Misa? Parece que su oposición a la celebración individual de varias Misas fue •una reacción contra la -celebración por .intereses ilndi'Vidua– les (por familia particular, como sufragio por determinados difuntos ... ); y quiso una celebración en común, pero 'sin ,con-celebra– ción, que ya entonces no parece fues-e de uso general. Lue-go sobrevinieron razones prácticas por la necesidad de regula·r las celebra:ciones porque en cada iglesia solla haber todavía un solo altar. -Otr-o pre– gunta si esta circunstancia de un solo altar no basta p,ara expUcar el t•exto de N. Padre, queriendo evitar que tuvieran que estar 47

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