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jarlo,s más bien al arbitrio de cada fraile, enfrentándos,e así a la práctica tradicio,nal de las Ordenes religiosas y a la tendencia de muchos frailes. Las demás Ordenes, p.ej. , tenían ayuno desde el 14 de septiembre hasta Pascua. Nuestros primeros frailes se avergonzaban ante los demás por no tener apenas ayunos; y se creían precisados a excusarse aLega,ndo que trabajaban más que otros. Pur esto en las Constituciones Nar– bonenses se estableció que fuera del con– vento no se tomase carne. Por tanto ahora todas las penitencias deben dejarse a la voluntad individual fuera de las señaladas expresamente en la Regla. -Varios congre– sistas ,notan que en la nueva reda-cción de las Constituci-ones Generales, tanto de los franciscanos como de los capuchinos, al parecer se tiende a insistir en el concepto de metanoia, o s,ea espfritu general de pe– nitenda y austeridad, más que en el núme.Yo de actos de mortificacLón prescrüos; nuestra Orden no se define precisament,e como Or– den penitencial en este sentido. 3) ¿Cuál debe ser el espíritu de peni- tencia en el mundo de hoy? Es otra de las cuestiones propuestas por el ponente. Agre– ga él mismo que se deben e'xponer a los :fieles los motivos que hay para ha·cer pe,ni– tencia, para que en la práctica ellos mismos escojan las fo•rmas concretas. Para la Orden, él cree que la determinación concreta habrá de ser relativa, para equipararnos en cada ambiente a los pobres; lo principal es insis– tir debidamente en el espíritu de unión con Cristo Crucificado, pero sin olvidar su dul– zura y benignidad, y guardando la debid':l. prudencia para evitar exagerados rigoris– mos. -Esla última ádvertencia sorprende a algunos; creen que actualmente es supér– fluo recomendar prudencia a este respecto. -Per-o hay quien insiste en eUo, sobre todo para los jóvenes. Aquí expira el tiempo asignado para este tema y se pone fin a ,este diálogo. Ha que– dado s'in tocarse en absoluto la última cues– tión señalada por el ponente: ¿ Cómo ve la penitencia act,ualmente el mundo que nos rodea? 9. La piedad franciscana En la misma mañana del día 31 pasamos a este otro tema fundamental pa,ra nuestra vida. Lo desarrolla un especialista en la materia: el P. SEBASTIAN LOPEZ, O.F.M., de la Provincia de Granada, Ldo. en Teofogía por el Ateneo Antoniano y especializado ,en Teología Espiritual por la Gregoriana, ac– tualmente DiT,ector Espiritual y Prof. de Teo1ogía Dogmáti,ca en el coristado de Chi– piona, y Prof. de Liturgia en el s,eminario de Cádiz. La ponencia: El tema -advierte al abordar1o~ es am– p]ísimo, máxime considerándolo en la doble perspectiva oonciliar y fra,nciscana; y un poco ambiguo, sobre todo• porque puede confundirse con el de la espiritualidad fran– ciscana en general. El trata de precisar, recordados los principios comunes de ta pie– dad cristiana, cómo hay que conoebir desd<0 45

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