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en sentido vi<vencial: "la pobreza y humil– dad de N. S. Jesucristo": próxima al con– cepto, particularmente s 1 e,ntido en la actuali– dad, del anonadamiento ("kenosis") de S. Pablo. Por ello este estudio de] P. Lá:zaro parte del Evangeilio. A) Raices evangélicas de, la pobreza fran– ciscana. Para entendea:- bien estas raíces hay que ir hasta el A. T.: a] sentido pro– fundo de 1os "pobres de YahV1éh" y su misión eu la preparaci6n del Reino. Luego precisa considerar el misterio de la pobreza a la luz de la Encarnación; tener muy presente, en particular, el misterio del pecado: esto es importante para el :llrancisc;anismo, que realment,e t1ene mucho sentido de expiación, como destao6 ya ,el P. Alcántara. Y, sobre todo, hay que contemplar la pobreza de Jesús: porque Jesús personalmente vive la pobreza (poco sabemos de la vida oculta, más de su vida pública); pide la pobreza, especialmente a sus colaboradores, como u,na disponibilidad para e] Reino (confianza en el Padre junto con la inseguridad en este mundo); enseña la pobreza, y escoge los medi,as pobres, abandonando los humana– ment,e potentes, para !resaltar que todo es obra ,suya; se .11e·vela en el pobre ... B) "La pobreza y humildad de N. S. Jesucristo" (Regla c. 12). EI po,nente s.e, detiene especialmente a precisar e] sentido de la Escritura en los varios aspectos que S. Francisco resalta en la pobr1eza y que expresa muy bien en varias expresiones muy suyas que figuran -en la misma Regla: 1) ~'El S: efi.or se hizo poblre por nosotros en este mundo" (Regla c. 6). EI Cristo p•o– bre se revela a Francisco: en el pobre (acierto de un reciente telefi:lm italiano, que muestra cómo Fraincisco, después de socorrer a lo 1 s pobr,es, ,s-e acerca de noche con una tea enoendid.a al Cristo de S. Da– mián y cada vez ve más ,olaro su rostro), en el mist,erio de ]a Encarnacihn, en Belén, en la vida pública, en el Calvario, en la Eucaristía. Su pobreza no es suplimente un medio ascético o una exig,encia para la reforma de la Iglesia o u,n medio apostólico de testimonio, sino e1 sacramento de Cristo. La personofica como "dama pobreza" y como "esposa de Cristo", pero no como su propia esposa (esto aparece só1o en la literatura posterior). 2) "Nada se apropien" (Regla c. 6). La mente feudal de S. Francisco concibe a Dios como el ''Sefior altísimo", dueño de tqdo. Todo lo que tienen los hombries (tanto los bienes internos como los externos) les ha sido dado por E:I: "en feudo" y tempora,lmeill– te; y nadie se lo puede apropiar; y todos deben devolvérse1o, o en esta vi.da volunta– riamente, o necesariamente en la muerte. Todo pecado es una "appropriatio" abusiva (la envidia es blasfüma, porque no reconoce en el pr6jimo los bienes de Dios). En cambio toda virtud supone la "expropriatio"; también la "fr:aternitas" es fruto de la ex– pr.opiació1n por Cristo. Sólo en el contexto de este vivir sin propfo tiene sentido la pobreza externa absoluta, Lndividual y eo– lectiva, impuesta por Francisco. 3•) "Sirviendo al Sefior en pobreza y hu– mildad (Regla c. 6). La pobreza evangélica es insep:arab]e de la "minoritas": la "santa H'.umi1dad" es hermana de "Dama santa Pobreza" (Saludo a las v~rtudes). Ser "me– nores" consiist,e ·en ser hombres de "e,spí– ritu pobre"; ante Dios, ante Los herma.'1os, ante el pueblo de Dios. 4) "La mesa del Sefi.or" (Testamento). "La limosna es herencia que se debe en jus– ticia a los pobres". Por tanto, confianza en el Padre ce1estial que no abandona a los pobres voluntarios. 5) "He-rederos y rey,es del reino de los cielos" (Regla c. 6). Pues, ,en cambio del "feudo temporal", el Sefio:r ,nos promete la "her-encia estable" del Reino. 6) "Peregrinos y extranjeros en este mundo" (Reg1a c. 6). Es el aspecto funda– mental de fa pobreza franciscana como ma– nifestación del Reino de Dios. En reacción al peligro de instalarse en este mundo. Esto es propio de toda vida r-eligiosa, pero de modo div-erso: el monj,e oriemtal lo mani– fiesta huyendo de la sociedad; el occiden– tal (benedictino), precisamente instalándose en el monasterio para repcr,es,entar la ciudad futura; los ,mendicantes, como itinerantes. en la ins,eguridad de este mundo, inspiráin– dose literalment,e •en los diiscípulos de Jesús para así testimoniar la escatología. Este literalismo en Francisco es debido a que, como toda la Edad Media de los siglos XII– X:))II necesitaba símbolos en que ,encarnar la rea1idad, y escogió algunos textos evangéli– cos como símbolo en que s:ITTtetie:ar todo el 37

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