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11, LA VIDA FRANCISCANA 5. La fraternidad franciscana La sesión de la tarde del dia 29 se ocupa de este tema. Lo expone el P. ANTONIO ALVAREZ, O.F.M., de la Provincia de Va– lencia-Aragón, Lector General de Pedagogía, Prof. de Pedagogia en ·el seminario dioce– sano de Teruel y de Teologia Espiritual en el coristado de la mtsma ciudad, Guardián del convento. La ponencia: A) El sentido de fraiternidad en elll mun, do actual y según el Concilio. El ambiente de nuestro tiempo lleva el signo de lo social y de la solidaridad humana. "Nuestro hu– manismo se hace cristianismo, nuestro cris– tianismo se hace cristocentrismo tanto que podemos afirmar también: para conocer a nuestro Dios es necesario conocer al hom– bre" (Pablo VI en la clausura del Concilio). Es un hecho que nue,stra época se preocu– pa indeciblemente más que otras de las relaciones humanas y de los problemas del prójimo. Una nota tipica es la solidaridad entre los hombres. Nuestro tiempo ha dado nuevas dimensiones a esta solidaridad hu- mana. Dimensiones que el mismo hombre ha sacado deT análisis de su propia vida y de su ambiente, al comprobar la socializa– ción de su existencia diaria; la eficacia del trabajo e,n equipo; la ansiedad del individuo en relación con la soledad afectiva. Asi se apercibe de su poder y de su debilidad, y se siente independiente y a la vez unido a los otros. "Entre los principales aspectos del mundo actual hay que sefí.alar la mul– tiplicación de las relaciones mutuas entre hombres" (Const. "Gaudium et spes"). Este ambiente de hoy nos ha llevado a pensar, a se,ntir y a r•eaccionar bajo el signo de lo social. Y como la espiritualidad flo– rece en el alma humana, viene transida de lo que hay en el hombre. Todas estas evi– dencias sociales han dado al alma cristiana conciencia de la gran importancia de los, valores comunitarios del cristianismo. La reactualizadón de la soHdar~dad humana tiene ein el cristiano una argamasa viva e indestructible: la realidad del Cuerpo Mis– tico. Y esta intercorporación cristiana cobra valor fraternal al hacernos Cristo, hijos de Dios. "Todos los hombres están llamados 27

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